lunes, 12 de abril de 2021

HISTORIAS DEL PUENTE DE LOS SUSPIROS DE LIMA ENRIQUE CORDOBA Aterrizar en Lima en el aeropuerto “Jorge Chávez”, dejar las maletas en el hotel y salir a pasear y cenar en el primero de los restaurantes recomendados. Fue lo primero que hicimos. Al día siguiente hacer un recorrido por la plaza de Miraflores con el historiador Teodoro Hampe Martínez y en la tarde visitar “El Puente de los Suspiros”, uno de los íconos turísticos de la ciudad. Destruido en 1881 y posteriormente reconstruido, sirvió de inspiración a la compositora Chabuca Granda para su famosa canción “Puente de los suspiros”. Se trata de un vals peruano que hace parte del repertorio musical que se escucha desde México hasta el sur de América. “Puentecito escondido/entre follajes y entre añoranzas/puentecito tendido/sobre la herida de una quebrada”. —Amigo venga, sin compromiso— me dijo un músico con la guitarra en la mano, acompañado de otro con un cajón de madera . Me mostré curioso por su oferta y de inmediato empezaron a cantar: “Déjame que te cuente limeña,/ déjame que te diga la gloria,/ del ensueño que evoca la memoria/ del viejo puente, del río y la alameda” Después de “La Flor de la Canela” cantaron “Fina Estampa” y “El plebeyo”. Atravesé el puente construido en madera sobre una quebrada y caminé hasta una plazuela y la Iglesia de La Ermita. La altura del puente es de 8 metros y medio, tiene 44 metros de largo y tres de ancho y deriva su nombre de los innumerables romances que se afianzan en ese lugar. Según la leyenda el que lo transita por primera vez sin respirar, se le cumplen los deseos. Caminar por Barranco, uno de los distritos mas ande Lima, es reencontrarse con las historias de su pasado. Nació como un caserío de pescadores que atrajo a veraneantes limeños de clase media y extranjeros quienes construyeron sus chalets de estilo europeo. La traductora Cecilia Lawinski lo recuerda como “un balneario antiguo y señorial donde iba la aristocracia a fines del siglo XIX y comienzos del XX”. La población de Barranco se estima en 50.000 habitantes. “Es un polo de atracción para la diversión nocturna, cuenta con las zonas antiguas y algunos museos, el principal es el Museo de Osma”, dijo Victor Andrés García Belaunde, congresista de Acción Popular. “Es bastante bohemio –agregó el congresista– donde le encanta vivir a artistas, intelectuales y mucha juventud, mi propio hijo tiene un departamento allí, y Vargas Llosa, y el pintor Fernando de Szyslo, viven allí en el Malecón frente al mar”. “Javier Barranco” un restaurante localizado debajo del puente, en la Bajada de los baños yendo hacia la playa es el favorito de Gerardo Concas, presidente de la agencia de turismo Costamar. “Acostumbro ir a degustar anticuchos y picarones”. “Hay buen ceviche y música criolla”, dijo.

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