domingo, 10 de febrero de 2013

Saint Kitts y Nevis, paraíso escondido del Caribe

ENRIQUE CÓRDOBA.-ESPECIAL/EL NUEVO HERALD.- Una de las mejores maneras para desconectarse de la rutina diaria es irse a Saint Kitts y Nevis, un archipíelago de mar azúl, playas blancas y montañas exuberantes, escondido entre Puerto Rico y Trinidad Tobago. Son 168 kilómetros cuadrados de extensión y un poco más de 53,000 habitantes. La mayoría de la población desciende de esclavos africanos que fueron traídos para las faenas agrícolas y el trabajo de la construcción. Sin embargo, por las bellezas naturales, el comercio y el ambiente romántico de la isla, una notable minoría de europeos y americanos se han radicado en este lugar. Al caer la tarde es tradicional encontrar a la gente congregandose en un bar, para degustar un buen ron, escuchar calypso, reggae y otros ritmos de tambores. Saint Kitts está ubicado a dos mil kilómetros de Miami y se puede llegar en avión o en una de las escalas de las líneas de cruceros. Su vegetación es abundante, tiene una cadena de serranías, aves maravillosas, volcanes y monos traídos por los piratas que merodeaban el Caribe y asaltaban los navíos que transportaban a Europa tesoros saqueados en la América. Un recorrido en jeep por la isla me permitió visitar pueblos de pescadores, ver cultivos de caña de azúcar, entrar a terrenos agrestes para pasear, conocer el proceso de fabricación y embotellado en las fábricas de cerveza y entrar a la Plantación Wingfield. Esta es una hacienda de mucha historia donde funciona en la actualidad el batik Caribelle. Mi gran proeza fue jugar en el Royal St. Kitts Golf Club, uno de los más espectaculares campos de golf del Caribe, al lado de su diseñador, Thomas McBroom, el famoso arquitecto de Toronto. Son 125 hectáreas de riego de césped y permite a los golfistas jugar dos hoyos completos sobre el Mar Caribe y tres hoyos completos sobre el Océano Atlántico. Royal St. Kitts cuenta con obstáculos de agua en 10 hoyos, bunkers 80 y una multitud de palmeras de coco a lo largo del Océano Atlántico. Los británicos convirtieron a San Kitts en su primera colonia en el siglo XVII y para defenderla del asedio de los franceses construyeron una fortaleza, con cañones, que les tomó 100 años, 1690-1790, con el trabajo de los esclavos. El fuerte declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se conoce como Brimstone Hill y se levanta sobre una colina de hermosas vistas, a la que se asciende por una carretera de curvas y donde se conduce por la derecha. Otro de los sitios de interés en la isla es la Tumba de Sir Thomas Warner, el primer gobernador británico de las Indias Occidentales y el primero en visitar St. Kitts en 1623. Una sugerencia a la hora de comer son los mariscos, el pescado y el guiso de cabra de agua, a base de pan, papaya verde y arroz relleno. En Saint Kitts, como en toda la cuenca del Caribe, la gente es sencilla, hospitalaria y alegre.• Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2013/02/09/1402308/saint-kitts-y-nevis-paraiso-escondido.html#storylink=cpy