miércoles, 31 de marzo de 2010

Lugares para visitar en el 2010

Lugares para visitar en el 2010

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

El 2010 pinta bien para el turismo de América Latina, debido especialmente al despertar de la mayoría de los gobiernos y empresarios de la región, que están tomando conciencia de las oportunidades que puede aprovechar un país cuando brinda adecuada infraestructura de servicios para el turista y al darse a conocer a través de acertadas campañas de promoción internacional de sus recursos y bellezas.

Los atractivos de México, Río de Janeiro y Machu Picchu, que eran los referentes latinoamericanos más conocidos en el mundo, hoy son destinos importantes y parte de amplios y variados circuitos turísticos.

La simple tarea de elaborar una lista arbitraria con sitios para visitar este año --además de ser un ejercicio desafiante--, nos demuestra que nuestra América tiene un rico menú de ofertas para todos los gustos y presupuestos.

La lista que iniciamos hoy, la encabeza el país de mayor tradición turística de América Latina. Es a su vez el mismo que recibe el mayor número de visitantes al año, cerca de 19 millones, en su mayoría estadounidenses.

México tiene innumerables lugares para visitar, comenzando por su gigantesca capital: bellos monumentos, grandes avenidas, la Zona Rosa, mercados artesanales, librerías, los museos, galerías de arte, la plaza de mariachis Garibaldi, barrios como Coyoacán, donde está la Casa Azul de Frida Khalo, y los canales de Xochimilco. En los alrededores las pirámides del Sol y la Luna, en Teotihuacán; San Miguel Allende, Tasco, Cuernavaca, Guanajuato, Acapulco, Puerto Vallarta, Yucatán, Guadalajara y Veracruz. Las mejores playas cristalinas de México están en Playa del Carmen, cerca a Cancún, con 100 kilómetros de arena blanca.

En Venezuela, no se deben dejar de visitar el Salto Angel, con sus 979 metros de caída libre, el más alto del mundo, que es una de las paradas obligadas en el país de las reinas de belleza. Esta ubicado en el sector occidental del parque nacional Canaima. Tampoco puede perderse Los Roques --al norte de La Guaira--, un idílico conjunto de islas y cayos, rodeado de aguas color turquesa y playas de ensueño. En isla Margarita hay buenas playas, pescado a la orilla del mar y mercancías de zona libre.

En Argentina, aun cuando Buenos Aires ofrece la gran atmósfera europea, por su gente y urbanismo, recorrerla es un reencuentro con su pasado viviente: San Telmo, Recoleta, Puerto Madero, Palermo, Belgrano, Retiro y la Boca; noches de librerías, tango, milonga y bife de chorizo; conciertos en el Colón; un clásico de fútbol: Boca-River. Al sur está la Patagonia, al norte las empanadas de Salta, Mendoza, sus viñedos, el Aconcagua, y Córdoba con su clima excelente y las colinas.

En Brasil, Río de Janeiro es una ciudad que no cabe en una postal. Tiene playas --Ipanema, el monte Pan de Azúcar y el Cristo del Corcovado; celebra el carnaval carioca, la fiesta popular más grande, conocida como la ciudad maravillosa. Sao Paulo, por su parte, es un epicentro económico y Salvador de Bahía es la capital del folclor y la alegría, y El lugar con mayor cantidad de africanos fuera de Africa. ``Brasil es mucho más que samba, fútbol y garotas'', me reclamó un sociólogo en Sao Paulo.

En Colombia, Bogotá se ha puesto de moda por su vida nocturna: restaurantes, cafés al aire libre, tiendas de ropa y eventos culturales. El Museo del Oro es único, lo mismo que la catedral en una mina de sal, en Zipaquirá. Cartagena es historia colonial, con sus callecitas, balcones, cumbia y romance en sus murallas. Medellín y el eje cafetero ofrecen paisaje de llanos, Amazonas y lagunas.

Panamá le ofrece la oportunidad de atravesar el canal entre los océanos Pacífico y Atlántico, una experiencia inolvidable. También es de interés ver el paso de los buques por las esclusas y el lago Gatún. Otros atractivos son su localización geográfica --une a Centro y Sudamérica-, la isla Contadora, la inmensa zona franca, el boom de edificios en la capital, las fiestas de Chiriquí, la cultura de los indios cunas y la oferta de mercancías de todo el mundo.




León en la ruta de Rubén Darío

León en la ruta de Rubén Darío

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

El poeta Rubén Darío no sólo es el personaje más reconocido de la historia de Nicaragua, sino que 96 años después de su muerte se ha convertido en un ícono que moviliza turistas hasta su tierra natal.

Muchos visitantes que llegan a Managua, hacen el recorrido de 70 millas por carretera, con el volcán Momotombo a su derecha, hasta la ciudad de León, atraídos por conocer la casa-museo donde vivió el principal representante del Modernismo hispoanoamericano.

Jóvenes y adultos que leyeron su poesía y su prosa viajan a Nicaragua atraídos por la posibilidad de seguir la huella de sus pasos.

Hoy se puede entrar al cuarto donde nació, ver los manuscritos de sus obras, apreciar sus trajes, ver sus fotos y leer la correspondencia del autor, expuesta en las vitrinas.

La vía está en buenas condiciones y se puede llegar en taxi o en ómnibus que salen del Mercado o desde la Universidad Centroamericana (UCA).

Antes de arribar hay un desvío de pocos kilómetros, por un camino que conduce hasta las ruinas de León Viejo, devastado por una erupción volcánica que destruyó la ciudad en el año 1610. Allí cerca de lo poco que quedó, existe un poblado de gentes humildes con una localización excepcional para tomar fotografías del Momotombo en los días de sol.

En León, como en casi todas las poblaciones del país llama la atención la exuberancia de la naturaleza, que se manifiesta en los jardines y el verde de los bosques.

Es la segunda ciudad más grande del país, renombrada como epicentro universitario y cabecera agrícola y comercial.

Uno de los primeros sitios para visitar es la Catedral de Asunción, tipica muestra de la arquitectura colonial española, donde se encuentra la tumba en la que reposan los restos del poeta Darío.

De Metapa, una aldea cercana donde llegó al mundo en 1867, Ruben Darío fue llevado a los 40 días de nacido a una casa de León, donde vivió por 14 años, por lo que el inmueble se convirtió en museo en 1964.

Es también un museo-archivo con un patio interno y cuatro salas, donde se puede ver una exposición de muebles del siglo XIX, el dormitorio del coronel Félix Ramírez Madregil y de doña Bernarda Sarmiento de Ramírez, tía de Darío, la cama en la que agonizó y murió el poeta, el Cristo que le regaló el poeta mexicano Amado Nervo y una de las mascarillas que le tomaron al morir. El público tiene acceso a centenares de obras y ducumentos importantes de su vida.

Según el guía están las ediciones príncipes de los libros de Darío, la colección casi completa de la revista Mundial Magazine, editada por el poeta en París, y documentos originales, álbumes de muchachas de su tiempo en los que hay versos suyos y fotocopias de muchos manuscritos que se conservan en el Seminario, en el Archivo Rubén Darío de Madrid, en la biblioteca del Congreso de Washington, Buenos Aires y otros lugares.

Se conserva la Biblia (en varios volúmenes), que leyó Rubén de niño, una edición de El Quijote del tiempo de su infancia y muchos objetos que pertenecieron a la familia Darío.

En otra sala se expone en una vitrina el traje diplomático usado por Darío como embajador de Nicaragua ante el gobierno de Madrid, un guante, un pañuelo de seda y el espadín complementarios del traje. Recorrer la casa de Rubén Darío en León es reencontrarse con su espíritu y su obra.

Luego de visitar el mundo del poeta, cuya sola mención enorgullece a todos los nicaragüenses, conviene probar la comida típica para enamorarse de los sabores de esta región. La base de la gastronomía es el maíz, presente en los buñuelos y el nacatamal que se comen con quesillo y gofio.



Viaje a dos océanos y Ab'aj Tak'alik

Viaje a dos océanos y Ab'aj Tak'alik

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

Si lo que un turista quiere es algo diferente, una buena opción consiste en atravesar Centroamérica por una carretera de 407 kilómetros que une a Puerto Barrios en el océano Atlántico y Puerto Quetzal en el Pacifico, en territorio de Guatemala, y visitar Ab'aj Tak'alik, un importante sitio arqueológico maya.

La travesía se puede hacer en dos jornadas si se desea, pernoctando en Guatemala, la capital del país, punto intermedio del viaje.

Esta experiencia cultural permite conocer de cerca la vida de una nación de 13 millones de habitantes, que hablan el español y otros 21 idiomas, dotada de una enorme y variada riqueza natural.

Lo primero que deslumbra al visitante es lo agradable del clima de ``eterna primavera'' --todo el año--, debido a que el 82 por ciento de Guatemala es de laderas y zonas altas de montaña. En la cocina no faltan los frijoles, el maíz y buena carne.

El país de una acogedora belleza tiene 38 volcanes y 485 picos volcánicos. ``La naturaleza se nos ha volcado sin miserias'', expresó sin modestia Carlos Marroquín, conocido guía de turismo.

El tramo desde Ciudad de Guatemala en dirección sur, hacia el Pacífico, ofrece una diversidad de vegetación que al salir es de altiplano.

Al pasar el peaje, kilometro 44, --el único que existe en el país- se ingresa a la autopista de doble calzada Amatitlán-Palin. En Palin lo más sobresaliente es la ceiba gigantesca del parque central que cubre una manzana cuadrada, bajo cuya sombra se reunen los lugareños a toda hora.

Esa ruta CA9 está bordeada de amatles, un árbol que conserva el agua y crece a orillas de los ríos.

Al descender suavemente se observa el cambio de vegetación y empiezan a predominar plantaciones de caña de azúcar y variedades de palmas a los lados de la vía.

Se divisa el volcán Pacaya, y en dias despejados aprecia la lava.

Algunos excursionistas organizan ascensos al volcán lo que les toma media día de paseo.

Luego de una hora hora y media de viaje la temperatura sube a 86 grados F, aparecen los cultivos de frutales y la vía se adorna de unas piedras con forma de caras que hacen imaginar que alguien las colocó alli. ``Los indígenas acuden a esos sitios para celebrar sus rituales'', asegura Marroquín.

Enseguida encontramos Escuintla, un punto donde la carretera se bifurca y la gente se detiene en las ventas de bananas, naranjas y mandarinas.

Al sur continúan quienes buscan el mar y los camiones que transportan la carga de los puertos de Quetzal y San José, los más importantes del país en el Pacífico. Las arenas de estas costas son de origen volcánico y el mar es muy movido.

De Escuintla parte al oriente la variante hasta la frontera con México. Se trata de la ruta CA2 que va paralela al litoral del Pacífico y exige precaución por la cantidad de vehículos cargados de caña de azucar que transportan de los cañaverales a los ingenios.

Los centros urbanos más importantes son Santa Lucía, Mazaltenango y Retalhuleu, municipio al que pertenece El Acintal. Aquí se encuentra el sitio arqueologico de Ab'aj Tak'alik, una de las más importantes ciudadelas con evidencias culturales de la transición olmeca a la maya.

Tiene 282 monumentos de estilos mayas y olmecas, donde sobresalen los barrigoncitos y unas obras zoomórficas.



En Colombia el riesgo es de quedarse

En Colombia el riesgo es de quedarse

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

La campaña de ``Colombia, el riesgo es que te quieras quedar'' está mostrando sus resultados en las calles y plazas de pueblos y ciudades de este país sudamericano de 45 millones de habitantes.

El viejo conflicto interno de guerrilla y narcotráfico dejó de levantarse como una barrera y ahora miles de turistas llegan para descubrir y disfrutar un país que lo tiene todo.

Cartagena, el Triángulo Cafetero y Bogotá combinan un recorrido que se puede hacer en una semana alternando mar, montaña y el modernismo de Bogotá, sede del Museo de Oro Precolombino.

Su historia, la brisa y su gente caribe es lo que más atrae de la mágica Cartagena de Indias.

Impresiona la arquitectura de su zona antigua del siglo XVIII, un área protegida por murallas que invita a caminar por las callecitas cargadas de leyendas de su pasado colonial.

La ciudad vive una gran revolución de hoteles boutique . Las bellas casonas de dos y tres pisos con enormes puertas de madera, que antes pertenecieron a representantes de la corona española y familias de abolengo, han sido restauradas y ahora son hoteles boutique con habitaciones de diseño refinado como el Aguamarina, Tcherassi, Anandá, el Marqués y muchos más. También se vive el auge de los excelentes restaurantes, enotecas y terrazas al aire libre.

El segundo destino es el Triángulo del Café, una maravillosa región de montaña ubicada en el centro del pais, poblada por arrieros de reconocida tenacidad emprendedora y mujeres de trato delicado, y en cuyas laderas se cultiva el mejor café suave del mundo. Comprende los departamentos de Risaralda, Caldas y Quindío y está a 40 minutos de vuelo desde Cartagena.

``Somos el primer destino rural de América Latina, debido al acondicionamiento de nuestras haciendas tradicionales en alojamiento de lujo'', dijo Eduardo Sánchez Lopera, director de Proexport en Pereira.

Las otras dos ciudades vinculadas a la cultura cafetera son Manizales, polo universitario y sede del Festival Latinoamericano de Teatro, y Armenia, en el departamento del Quindío, poblaciones conectadas por una buena red de carreteras.

En Salento, en el Quindío, encontramos el Valle de Cocora, un paraíso ecológico, ideal para los amantes del senderismo y la fauna nativa. Aquí la palma de cera alcanza alturas de 60 metros y los baristas preparan un delicioso café excelso.

El Museo del Café ofrece la gran experiencia de conocer el proceso del grano y vivir de manera interactiva la historia del café en Colombia.

Bogotá, la cosmopolita capital colombiana, con una población de nueve millones de habitantes, se ha convertido en la gran sensación del turismo internacional por su gastronomía, los eventos internacionales y su vida cultural.

Es modelo entre las capitales de América por modernizar su sistema de transporte público --el Trasmilenio--, por la vibrante vida nocturna, los numerosos centros comerciales y por la afluencia de gente de negocios.

Es una ciudad que se disfruta por los espacios públicos, los parques y las terrazas donde se congrega gente de diversas procedencias.

Sitios para pasear son: el cerro de Monserrate, el Museo del Chicó, el Museo Botero, Museo de Oro, el sector de Usaquén, La Calera, Chía y la Plaza de Bolívar.

Se debe ir a la Catedral de Sal en Zipaquirá y realizar el paseo por la Sabana de Bogotá, para admirar la gama de verdes y los mercados artesanales.

Según el guía Francisco Godoy, ``en el centro de Bogotá hoy es común ver extranjeros viviendo en edificaciones antiguas restauradas, como el viejo Hotel Continental o en el barrio La Candelaria''.