domingo, 23 de octubre de 2011

Viaje por El Salvador, el ‘callejón de América’

Viaje por El Salvador, el ‘callejón de América’ ENRIQUE CÓRDOBA ESPECIAL/EL NUEVO HERALD. Viajé desde Miami a El Salvador acompañado por Willy Retana -ejecutivo de una multinacional-, quien aseguró “mi país es como un callejón de América con cinco volcanes en el lado montañoso y el mar Pacífico en el otro costado, y se recorre en cuatro horas ”. A las 24 horas de haber llegado ya habíamos visitado la capital y degustado el plato típico de los salvadoreños: pupusas, unas tortillas gruesas de maíz, rellenas de chicharrón, fríjoles refritos y queso. El Salvador es un lugar que embruja a los foráneos. “Es la gente más amable que yo he encontrado y eso me gustó”, confiesa Ueli Walchli, quien llegó como aventurero hippie de su Suiza natal en 1964, se quedó en el país y hoy es un próspero magnate de la industria marítima con oficinas en varios países. “Los salvadoreños son gente amable y generosa, y me agradó el país”, expresa. “Me enamoré de sus mujeres, los volcanes y las playas, lindísimas y silvestres”. Ueli tiene preferencia por la playa del Tamarindo, cerca de La Unión. “Es una península paradisíaca de arena blanca y ostras grandes”. Cerca de las playas de Usulután, sembradas de extensas plantaciones de coco. Se realiza por estos días el Torneo Internacional de pesca del Marlen. Todo es cerca en El Salvador. El país se recorre en una jornada. En un día se pasa de las playas de Costa del Sol –las más extensas del país, 12 kms- y el estero de Jaltepec donde se navega a través de sus canales con manglares, al volcán Izalco, uno de los volcanes más jóvenes del mundo que se escala en dos horas. “A los salvadoreños nos llaman ‘guanacos’ porque somos muy trabajadores”, me explicó la escritora Maira Rivera, autora de “Berlín, amor y odio”, una novela en la que consigna los conflictos personales originados por el choque armado que vivió su país en la década del 80. Algunos de esos teatros de la guerra hoy son lugares apacibles de pesca, camping, montañismo y senderos para caminatas. Es la llamada ruta de paz. En el Museo de la Revolución, en Perquin, hay una muestra de armas, pedazos de aeronaves derribadas, fotografías, objetos de combate y testimonios históricos relacionados con la guerra civil que azotó a El Salvador. Así como existe la ruta de los volcanes, también está la de naturaleza y aventura, los parques nacionales y los lagos como Ilopango a solo 21 kms, de la capital. El lago Coatepeque, de Santa Ana, considerado uno de los 10 lagos más bellos del planeta, tiene un área de casas de recreo donde los dueños llegan en helicópteros y los turistas a disfrutar de la armonía y la naturaleza. Chalchuapa, cuna de mi guía Willy Retana, es una ciudad del departamento de Santa Ana, de calles adoquinadas y casonas de patios andaluces. Alberga uno de los principales complejos arqueológicas de El Salvador: Tazumal. “Aquí llegó la influencia de las tribus de Copan, Tolteca y Teotihuacán” recuerda Retana que le enseñó su maestra. “Estoy muy ligado a esta área arqueológica”, dice. “Colinda con el patio de mi casa”. Frente a la estructura prehispánica, está la tienda “Souvenirs Tazumal” y en la acerca un letrero: “Se vende yuca con chicharrón”. enriquecordobaR@gmail.com Read more: http://www.elnuevoherald.com/2011/10/23/1049489/viaje-por-el-salvador-el-callejon.html#ixzz1beNTjZmV

domingo, 9 de octubre de 2011

Paita en el ocaso de Manuela Saenz

ENRIQUE CÓRDOBA ESPECIAL/EL NUEVO HERALD El puerto de Paita a orillas del Pacífico peruano era el balneario de Piura, ahora es un poblado de casonas y fondeadero de barcos y lanchas. Por sus calles caminan mochileros, pescadores, surfistas y curiosos interesados por conocer el rastro de Manuelita Saenz, la controvertida amante del Libertador Simón Bolívar, una mujer de ideales que se adelantó a su tiempo. “La luna de Paita y el sol de Colán”, dicen sus gentes aludiendo a la magnífica luna del puerto. “Hay buen pescado y ceviche, y un delicioso arroz verde con pato”, me comentó el congresista Víctor García Belaúnde. El poblado debe su nombre al cacique Payta, de una tribu pre inca que llamaba Shi al sol, y Sha a la luna. Fue fundado por Francisco Pizarro en 1532 y mantuvo tan estrechos vínculos con la península que la sociedad paiteña viajaba con mayor frecuencia a España que a Lima. Hoy quedan viejas casonas de dos pisos con enormes balcones, iglesias y el emblemático edificio de la Aduana, frente al muelle. Mi viaje al Perú partió por carretera desde Machala, capital bananera del Ecuador hasta Aguas Verdes y Huaquillas, en el paso fronterizo. En tres horas se llega a Piura distante de Paita, 57 kilómetros. Desde Lima es una hora y media en avión, o doce por carretera. La pota, es un calamar gigante que habita en las zonas costeras y junto con la anguila se procesa en las plantas de Paita y lo exportan al Japón. Después del Callao, el de Paita es el puerto de mayor movimiento del Perú y el lugar por donde salían los minerales rumbo a España. Mancora en Piura, es el paraíso de los surfistas en Suramérica, un pequeño Hawai. Punta Hermosa , balneario cerca a Lima, al sur, es el Paseo de los Tablistas, cuna del surf en el Perú. Allí nació Sofía Mulanovich, campeona mundial de surf. Según el empresario español Jaime Palencia: “la Iglesia de la Merced, el Club Libertad fundado en 1863 y la Casa de Manuelita son los sitios más visitados”. El almirante Miguel Grau Seminario, héroe nacional y Manuelita Saenz, nacida en Ecuador y fallecida aquí, son los personajes icónicos. Manuela fue colaboradora de Bolívar y uno de los personajes más fascinantes de las guerras de independencia de América del Sur. Contribuyó con su patrimonio a financiar las batallas, defendió los derechos de la mujer y cuidó a Bolívar de sus enemigos, pero fue muy criticada por su actitud desafiante y el machismo de la época. Al morir Bolívar, odiada en Colombia y Ecuador por los enemigos del Libertador, buscó paz en Paita donde vivió sus últimos 21 años. Confrontó la pobreza haciendo traducciones del inglés y el francés a los marineros de los navíos y vendiendo dulces y cigarros en una tiendita. Confesó al escritor Ricardo Palma que los baños de arena calmaban sus males de nervios. El italiano Garibaldi la visitó en 1851 y destacó su amabilidad lo mismo que el poeta guayaquileño Joaquín Olmedo. Murió el 23 de noviembre de 1856 a los 59 años a causa de una epidemia de difteria. Sepultada en una fosa común incineraron sus pertenencias entre ellas cartas de amor de Bolívar y documentos valiosos. Del Libertador dijo: “Vivo adoré a Bolívar, muerto lo venero”. En Paita todos los días surgen historias de Manuela. En Miami por estos días la productora Zulay Sifontes y la actriz venezolana Myrian Amanda presentan un monólogo “Los delirios de Manuela”, sobre los últimos momentos de la valerosa compañera de Bolívar.• Read more: http://www.elnuevoherald.com/2011/09/25/1030135/paita-en-el-ocaso-de-manuela-saenz.html#ixzz1aI3TuNBp

Paseo por Cali y la hacienda El Paraíso

Paseo por Cali y la hacienda El Paraíso ENRIQUE CÓRDOBA ESPECIAL/EL NUEVO HERALD Llegar hoy a Cali es reencontrarse con una ciudad alegre y de mujeres hermosas que lucha por recuperar su autoestima para dejar atrás las secuelas de una “mala hora”. “Soy de Medellín y me vine hace seis años, estoy muy a gusto trabajando aquí”, aseguró el taxista camino al sur de la ciudad, uno de los polos de mayor inversión de la ciudad. “La gente es muy cálida y el ambiente es de fiesta”, dijo una mujer de 27 años, oriunda de Bogotá, empleada en el almacén de un centro comercial. El médico Dairo Gutiérrez, propietario de una clínica en Cartago lo confirmó: “el 70 por ciento de los empleados en Cali son emigrantes de otras regiones de Colombia”. “Esto solo ocurre aquí, los caleños son abiertos y no son regionalistas, además hay mucho trabajo”. La ciudad irradia sol, temperatura de 30 grados, realización de obras de ingeniería en vías y puentes y campañas de progreso. La ciudadanía se refiere con satisfacción a los servicios del MIO, un sistema de transporte masivo parecido a un metro, con autobuses y líneas dedicadas. Además de su título de capital de la salsa, los caleños viven orgullosos de su Feria de Cali que celebran del 25 al 30 de diciembre. Tienen reinados, bailes, festejos populares en las calles de la ciudad, eventos deportivos, cabalgatas, concursos de orquesta y corridas de toros en la Plaza “Cañaveralejo”, una de las más cotizadas de América. Cali es capital de un departamento con una diversidad de programas para los turistas. “Contamos con una amplia gama de paisajes y climas para ver, vivir y disfrutar”, dice Belisario Marin, presidente de la promotora de turismo. El cultivo de la caña de azúcar que se instaló en Colombia desde el año 1800 ha sido una fuente de riquezas y hoy se ha convertido en fuente de turismo. Las haciendas suntosas que dieron señorio en el siglo XIX, se han transformado en museos. Una de las más conocidas es la Hacienda “El Paraiso”, inmortalizada por la novela “La María”, de Jorge Isaac, y considerado como uno de los sitios más apacibles de la región. Esta ubicada a 40 kilómetros de Cali y en sus jardines hay flores de tonos y aromas únicos que recuerdan las rosas que cada mañana recogía Maria para su amado Efrain. La casa data de 1816 y fue construída por Víctor Cabal, un ganadero de Buga, municipio cercano, donde se consigue el exquisito arequipe o dulce de leche. El padre del escritor Isaac adquirió la hacienda en 1928 y aún la casa conserva las habitaciones, balcones, biblioteca y espacios recreados en la novela. Las otras haciendas son “Cañasgordas y “Piedechiche”, donde el visitante hace un tour sobre el cultivo de la caña y la producción del azúcar. Saliendo de “El Paraiso”, se puede completar el recorrido por el Lago Calima, un embalse a orillas de El Darien en la carretera a Buenaventura. Este puerto poblado por afrocolombianos mueve el 70 por ciento del comercio exterior de Colombia. En Juanchaco y Ladrilleros, se encuentran las playas más visitadas de la zona sobrec el Pacífico.• Enriquecordobar@gmail.com Read more: http://www.elnuevoherald.com/2011/10/09/1038935/paseo-por-cali-y-la-hacienda-el.html#ixzz1aI1SkfnR