domingo, 10 de agosto de 2008

Un paseo por la diversidad turística de Venezuela

Nuestra América
Un paseo por la diversidad turística de Venezuela
ENRIQUE CORDOBA
Especial/El Nuevo Herald
Al visitar a Caracas un turista debe por lo menos subir al cerro de El Avila, a 2,600 metros de altitud, desde donde se ve el mar; puede caminar por el centro histórico, donde está el panteón con los restos del Libertador Simón Bolívar, y pasear por las áreas residenciales como Las Mercedes, Colinas de Bello Monte, San Román, La Lagunita, El Hatillo y Colinas de Tamanaco, que descubren atracciones naturales y hermosas vistas panóramicas de la capital venezolana.
El vuelo de Miami al aeropuerto Maiquetía, de La Guaira, es de dos horas y media y los contrastes empiezan desde que el avión aterriza sobre una pista entre las montañas y el mar Caribe.
Se recorren 25 kilómetros por un viaducto y encontramos a Caracas, localizada a 800 metros sobre el nivel del mar. La brisa fresca permanente y el clima de eterna primavera es lo que más valoran sus habitantes.
Las políticas oficiales de puertas abiertas a la inmigración marcan la diferencia y hacen de la Venezuela actual un gran mosaico de culturas que se reflejan en la raza, las costumbres, el comercio, la cocina y sus estrechas relaciones con varios países de Europa.
Ir a la Colonia Tovar, ubicada 63 kilómetros al occidente de Caracas, en dirección al Parque Nacional Macarao, es como sentirse en la Selva Negra, Schwarzwald, de Alemania. Es un pueblo de 5,000 habitantes hecho por colonos que llegaron en 1,843 de Wyhl, Edingen y Oberbergen de Kaiserstuhl y ahora sus descendientes continúan desarrollando sus costumbres y oficios. Los visitantes disfrutan de la exquisita gastronomía, cerveza, artesanías y el folclor de Alemania.
Los italianos en Venezuela son la tercera entre las colonias más numerosas de América, después de Estados Unidos y Argentina. Su presencia se expresa en la educación, las recetas culinarias, buenos restaurantes y delicatessen visible en pastelerías como Alicantina, Casa Brioche y La Crocante, que son lugares de encuentro de los caraqueños. Son cafeterías que abren desde temprano para el desayuno y son visitados hasta la medianoche. Los portugueses de Madeira son uno de los grupos inmigrantes más poderosos de Venezuela, debido a su empuje empresarial y capacidad de trabajo. Tienen el Centro Portugués, en Macaracuay, con 2,000 afiliados. Son igualmente importantes los grupos de españoles, árabes y judíos.
Los platos típicos de la cocina venezolana son el pabellón criollo, la arepa, la hallaca, la cachapa, las empanadas de harina de maíz, el asado negro, el cazabe y el hervido de gallina, de carne o de pescado.
Los postres son el majarete, el tequiche y los dulces a base de papelón.
Otros sitios turísticos para visitar son el Salto del Angel, el más alto del mundo con 1,000 metros de altura de caída. Se encuentra dentro del Parque Nacional Canaima en el estado Bolívar y fue descubierto en 1937 por un aviador norteamericano. En Caracas, se pueden contratar excursiones para visitar en avioneta o desde el puerto Ucaima, en Canaima.
Los Roques es un archipiélago que se encuentra 160 kilómetros al norte de La Guaira, y por su belleza, las playas, el color del agua y condiciones naturales ha sido calificado como uno de los sitios más bellos del planeta. ''Es uno de los lugares que un turista debe visitar antes de morir'', escribió un autor estadounidense especializado en viajes.
El archipiélago está compuesto de 80 islotes y cayos, siendo el Gran Roque el único que está poblado y el que cuenta con aeropuerto.
Isla Margarita está a sólo 20 kilómetros de la costa y es la isla más grande de Venezuela. Es puerto libre y cuenta con decenas de playas de arena blanca, donde la vida es apacible y los turistas encuentran un ambiente idílico de atardeceres y música tropical. Con sólo poner pie en la isla, el viajero confirma que éste es uno de los destinos mágicos del mar Caribe. Ideal para descansar, dedicarse a la lectura, broncearse bajo el sol, navegar, disfrutar de los deportes de mar o para ir de compras al Sambil, un gigantesco centro comercial de mercancía libre de impuestos.•
ecordoba@caracolusa.com