domingo, 4 de septiembre de 2011

ENRIQUE CORDOBA: Ser mujer en la India

ENRIQUE CORDOBA: Ser mujer en la India ENRIQUE CORDOBA Mi primer almuerzo en India lo experimenté en casa de Lal Sudarangani. Un hombre estigmatizado en su grupo y por su familia musulmana, por haberse salido de las reglas para casarse con una latinoamericana. –Viví en Chile y allí me enamoré de Elisa, con quien me casé –me dijo cuando lo visité un mediodía. Acabado de bañarse estaba sentado entre cojines en el sillón de la esquina y parecía un Buda, bien peinado, luciendo una barriga esférica como un balón de basquetbol. –Yo me casé por amor –agregó–. Esto no es usual en este país. Estábamos en su apartamento de Mumbai. Al llegar al edificio el portero, que hablaba con tres amigos, nos abrió la puerta del ascensor. Subimos al tercer piso y allí encontramos en el pasillo a otro señor en plan de cuidandero, sentado en un taburete mirando hacia la calle. Nos saludó con cortesía, en una lengua confusa, se levantó y nos llevó hasta la puerta de entrada del apartamento de la familia Sudarangani. Como India es un país muy poblado, 1,200 millones de habitantes, hay mucha gente sin oficio y por esa razón es normal ver a una o dos personas haciéndole compañía a un trabajador. Es usual observar en la calle a un hombre poniéndole gasolina a un auto varado mientras tres o cuatro le rodean para mirar. Respecto al amor, por tradición en esta cultura es función de la madre buscar la pareja a los hijos. La madre juega un papel fundamental para mantener las castas y los intereses económicos. Los novios se casan y el amor nace de la convivencia. Cuando Elisa, la chilena, llegó a Mumbai, la familia del novio consideró que ese matrimonio quebrantaba las costumbres y le dieron mal augurio. –Tendrán un pésimo futuro –le vaticinaron. –Se casó por amor –decían como si hubiera cometido un delito. El caso es que Lal y Elisa llevan 23 años de casados y siguen felices. –Las hembras no son bienvenidas al hogar –fue otra historia que nos reveló Ingrid Campos, una venezolana casada con un banquero holandés, residentes igualmente en Mumbai, en la zona de West Bandra. –Una hembra será una carga familiar –dijo–. Genera gastos a la hora de casarse –agregó. Se ha prohibido anunciar el sexo de la criatura antes de nacer, para protegerles la vida a las mujeres. Si el marido sabe que viene una hembra, es muy posible que le provoque un aborto empujándola. India es hoy el país donde la población masculina es el 65 por ciento, superando ampliamente al número de mujeres. –¿Qué papel juega la mujer en la política? –Aun cuando Indira Gandhi fue una gran líder –me responde Eliswa– aquí no siguen a las mujeres. Después de lo que he visto en otras culturas, nacer mujer en la India, como en los países árabes, no es buena suerte para una mujer. –Pasen al almuerzo –invitó Elisa. Muchos platos en la mesa: una sopa de lentejas, pescado, pollo, arroz y diversas porciones de verduras. Además granos con sabores fuertes y olores de especies aromatizadas. –La comida la preparamos con poco picante –aseguró Elisa. India es un complejo de culturas que se desentrañan con curiosidad. Es un país fascinante y enigmático, se mueve gracias a una energía humana interior y un poder espiritual que nutre inclusive a Occidente. Tamora, mi fotógrafa, comió sin chistar las viandas con picante, pero exquisitas. El ají es tan fuerte que en el comedor de los Brama Kumari, en Rajastán, vimos llorar a un mexicano. Sin embargo, uno puede insinuar en los restaurantes que le bajen al picante y se puede disfrutar la rica cocina india. Diario de Tamora: Receta de Pakoda, se pronuncia Pakora, típico de los Shindis, la casta del marido de Elisa, la chilena. Cuando llega el monzón la época de lluvia en India, todos los shindis preparan los pakoda, que son unos fritos de verduras, se sirven inmediatamente después de freir y se acompañan con diferentes salsas picantes. La más común, el chatni, consiste en una mezcla de ajíes, cilantro y un poco de coco rallado, revuelto con yogurt. Junio y julio no son buenos meses para viajar a India. La llegada del monzón, con fuertes lluvias, desafía cualquier recorrido por el país. Pueblos anegados, carreteras interrumpidas y playas destruidas. enriquecordobaR@gmail.com Read more: http://www.elnuevoherald.com/2011/09/04/1017033/enrique-cordoba-ser-mujer-en-la.html#ixzz1X2bNyWrM