jueves, 10 de diciembre de 2009

Madeira, jardín oceánico de Portugal

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

Madeira y Porto Santo, ubicadas en el Océano Atlántico, son dos islas de exóticos paisajes, clima suave, y variadísima gastronomía además de ser dos reconocidos paraísos para los amantes del vino.

Pertenecen a Portugal y a la Unión Europea y reciben un millón de visitantes cada año, procedentes especialmente de Inglaterra, Alemania y Escandinavia. Los portugueses bautizaron a una de ellas como isla de Madeira --que significa madera-- por la gran cantidad de bosques con los que cuenta.

Madeira es la mayor de las islas, con 741 km(s2) de superficie y donde está localizada Funchal, la capital. La isla de Porto Santo dista 40 kilómetros al noroeste de Madeira, y es la segunda en superficie con 42 km(s2).

Porto Santo, brinda al turismo nueve kilómetros de playas espectaculares y guarda memorias de la vida de Cristóbal Colón. Aseguran que ``de sus navegantes aprendió a conocer el océano, entró en el negocio del azúcar y frecuentó rutas comercializales entre Islandia y Madeira''. Afirman las fuentes que ``de su unión con Felipa Moñiz nació en 1,482, en Porto Santo, su sucesor Diego Colón''.

Madeira y Porto santo, con otras tres islas deshabitadas, llamadas las Desertas y junto con el archipiélago de las Islas Salvajes forman una Región Autónoma, a menos de 400 kilómetros de Tenerife, 860 Kilómetros de Lisboa y 770 kilómetros de las islas Azores.

Existen leyendas románticas respecto a Madeira, como una que habla de dos amantes ingleses quienes huyeron de sus familias rumbo a Portugal y la tempestad arrastró el barco hasta la playa de Machico. Desde entonces quedó la tradición y muchos enamorados escogen pasar su luna de miel en la privacidad de las playas madeirenses.

Sin embargo fue el matrimonio de Catalina de Braganza y Carlos II de Inglaterra, en 1662, lo que disparó el deseo de conocer el exquisito lugar en las clases altas y gente adinerada de Europa.

El acuerdo matrimonial permitió a Carlos II tomar posesión de la isla. El vino de Madeira adquirió prestigio y fue el único vino autorizado para ser exportado hacia las trece colonias americanas, con la condición de que fuera transportado en los barcos ingleses. Esta exclusividad despertó el interés de muchos Ingleses en Madeira y terminaron fundando grandes dinastías: los ``Blandy'' y los ``Leacock''.

Los viñedos prosperaron muy rápidamente en el fértil y volcánico suelo de la isla, bañado por abundante agua, después, los portugueses trajeron cepas de Malvasía de Creta, que cultivaron junto con caña de azúcar importada de Italia, entre los años 1420 y 1427.

Madeira es una isla que deslumbra al visitante desde el momento en que el avión se posa en un imponente aeropuerto que tiene la mitad de la pista de 2,781 metros de longitud, construida sobre el mar. Según los expertos este es un monumento a la ingeniería y consta de 180 pilares, con tres metros de diámetro cada uno, y cincuenta metros del altura.

El capitán de la aeronave de TAP, Carlos Rodríguez me permitió acompañarlo en la cabina del avión en el momento del aterrizaje, en el aeropuerto de Funchal. La experiencia fue sensacional. Especialmente porque pude apreciar la geografía montañosa de la isla, ver el contraste de minifundios verdes, y los acantilados pronunciados que caen a un mar de azul intenso. Cabo Girao, al oeste de Funchal, es el segundo acantilado más alto del mundo.

Desde la llegada salta a la vista el orden y la limpieza en las calles. Hay flores silvestres por doquier: en las casas, en los bulevares de las ciudades y a lo largo de las autopistas. Las ciudades se distinguen por las casas de paredes blancas y tejados de color ladrillo.

Además de su belleza natural, impresiona positivamente la adecuada infraestructura de sus modernas carreteras y un centenar de túneles abiertos sobre roca viva, que acortan las distancias entre Funchal, Porto Moniz, Rivera Baja, Punta Do Pargo, Santa Ana, Punta Delgada y Cámara De Lobos, que son las ciudades principales. Viajar por la isla es uno de los atractivos que más satisfacen a los turistas, por que les permite disfrutar los paisajes espectaculares de las diferentes regiones de Madeira.

Antonio Pereira, oriundo de Punta do Pargo, municipio donde un consorcio británico está planeando construir el campo de golf más grande de Europa, fue nuestro guía por los pueblos del interior y la periferia de la isla.

En Monte, vimos el lugar donde vivió y murió el último emperador austro-húngaro, enterrado en la iglesia de Nossa Señora do Monte. Por la carretera de montañas en dirección al oeste llegamos a Santana, una población de típicas casitas triangulares pintadas de vivos colores, que figuran en las postales turísticas. Uno de los destinos más hermosos de la isla es Porto Moniz, y para llegar hasta allí, transitamos en dirección al este por una carretera que atraviesa en descenso 19 kilómetros de túneles y cascadas. El turista encontrará piscinas naturales con agua de mar y buenos restaurantes. Los platos de pescado más refinados de la cocina madeirense son: filete de pez espada, lapas grilladas, filete de atún y atún en escabeche. Hay otros, a base de carne, como la tradicional `espetada' o la `carne con vino y ajos', acompañados por el típico `milo frito' y el sabroso ``bolo do caco''. Es aconsejable recorrer la isla para confirmar el aprovechamiento del más mínimo pedazo de ladera. Siembran caña de azúcar, bananas, flores exóticas, frutas --mangos, papayas, piñas, guayabas, maracuyá, aguacate-- y café. Llueve en otoño y en primavera caen grandes tormentas.

Elio Camirra, enólogo de San Vicente, reconoce que el vino Madeira de fama mundial, es uno de las principales fuentes de ingresos económicos del área.

Explica que las cepas de malvasía fueron introducidas en el siglo XV, pero son los ingleses a lo largo de los siglos quienes han realizado la comercialización, y son junto con los Estados Unidos, los principales consumidores de los vinos.

De acuerdo con la literatura local, fue con vino de Madeira que Jefferson brindó por la independencia de Estados Unidos el 4 de julio de 1776 y por una copa de vino perfumado de Madeira, Falstaff de Shakespeare vendió su alma al Diablo. ``En el año 1800 ya se habían enviado nueve millones de botellas de vino de Madeira a Estados Unidos'', registra un documento del Museo del vino de la isla, ubicado cerca de la casa donde murió en 1973, el gobernante cubano, Fulgencio Batista.

Alberto Joao Jardin, el gobernador de la isla ha sido reelecto en el cargo desde hace treinta años. ``El es artifice de la modernización y organización de la isla'', sostuvo un hotelero de la capital.

La población es de 260,000 habitantes y gozan de una muy buena calidad de vida, y eficientes servicios de las oficinas de gobierno.

Madeira, tambien tiene casinos. Entre los famosos que la han visitado están: Churchill gozó unas vacaciones en el emplemático Hotel Reid`s de Funchal, en 1925 y 1950, y el autor teatral George Bernard Shaw, vino a la isla escribir sus memorias. Tambien la conocieron el marino James Cook, y la emperatriz Sissi.

Joao Gonçalves y Tristao Vaz Teixeria, tomaron posesión de la isla en 1419 en nombre del rey de Portugal, Juan I.

Los juegos de media noche del 31 de diciembre del 2006 de Madeira, figuran en el libro de Guinnes como el mayor espectáculo pirotécnico del mundo.

La celebridad más conocida de Madeira es Cristiano Ronaldo, considerado el mejor futbolista del mundo, transferido al Real Madrid por 130 millones de dólares.

En Madeira se toma buen café, le dicen pingado, pingadiho, o garoto, al cortado, y ``meia bola'' al whisky. Madeira es un destino seguro y un lugar del que los visitantes salen encantados.

Madeira se levantó de la pobreza y la ruina de mediados del siglo XX, para convertirse en ``el jardin flotante del Atlantico''.


Fin de año en México y sus alrededores

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

Las fiestas de fin de año están entre las mejores ocasiones que se presentan para viajar a América Latina para los residentes del sur de la Florida.

Miles se desplazan con el fin de visitar a sus familiares o amistades, en Navidad y Año Nuevo. Otros aprovechan esta temporada de vacaciones porque es propicia para disfrutar de una átmosfera de jolgorio y encuentros.

Por su localización geográfica, Miami es una de las ciudades privilegiadas para hacer recorridos directos hacia cualquier país de la región.

No ocurre lo mismo para quien está en Ciudad de Guatemala, Santo Domingo o Lima y desea llegar en vuelo sin escalas, o sin muchas demoras en aeropuertos, a Quito, La Paz o Río de Janeiro.

A pesar de que quienes adquirieron sus pasajes con anterioridad obtuvieron mejores tarifas, todavía se pueden conseguir asientos para decisiones de última hora a diversos destinos.

Mientras el Hemisferio Norte ofrece bajas temperaturas y nieve para los amantes del frío, desde el sur del Río Grande hasta la Patagonia, abarcando toda la geografía del Caribe, hay sol, playas, excelente gastronomía, calor humano y fiestas hasta el amanecer.

México es uno de los destinos más próximos de Miami. Dependiendo del gusto y preferencias del viajero se puede planear una visita al Distrito Federal únicamente o pasear por sus alrededores: Puebla, Tasco, Valle de Bravo, Teotihuacán y Cuernavaca.

En el Distrito Federal, o sea la ciudad capital, el turista encontrará más de 120 museos. Van desde historia, antropología, arte moderno a arte popular e incluso un museo interactivo de economía.

Hay tres lugares que debe visitar todo turista que llegue a la capital mexicana.

En primer lugar el Zócalo, que es el centro histórico y plaza mayor. Es enorme e imponente, rodeado de edificios coloniales maravillosos entre los cuales se destaca el palacio nacional y la misma catedral metropolitana.

Luego tenemos la parte de San Angel, que tiene un ambiente pueblerino a pesar de estar dentro de la gran metrópolis de 24 millones de habitantes.

Los sábados, artesanos, pintores, libreros y pequeños comerciantes instalan allí el bazar con obras de arte popular muy pintoresco.

En tercer lugar, Xochimilco es algo clásico y original, al sur de la ciudad. Consiste en un espacio de canales de agua que se utilizaban para el transporte en la época de los aztecas.

Ahora los pobladores de la zona lo usan para dar paseos en barcas cubiertas de flores.

Cuernavaca es una buena opción para quienes quieran salir de la capital y viajar una hora y media por una amplia carretera.

La llaman la Ciudad de la Eterna Primavera por su clima agradable.

Tiene muchas flores; entre ellas, unas vistosas buganvillas. Aquí hay una gran población de retirados, y ha venido a vivir mucha gente que prefirió cambiar el vértigo y el bullicio de la capital por la frescura de una ciudad de 400,000 habitantes. En materia de lugares para conocer en Cuernavaca se conserva el palacio donde vivió el conquistador español Hernan Cortés. El jardin Borda y la casa de descanso de Maximiliano de Habsburgo.

Junto a Valle de Bravo vale la pena visitar Rodavento, ya que es otro pueblito que merece el viaje en carretera para descubrirlo. Sus calles son empedradas, está enclavado en una montaña y a orillas de un lago espectacular, lo que le da una ambientación de paisaje alpino.

De especial tradición son las posadas, del 16 al 24 de diciembre. ``Son el recuerdo del camino que tuvieron María y José para tener al niño en Belén'', dice Teresa Villareal, directora en Miami de la Oficina de Turismo de México (www.visitmexico.com; 786-621-2909).

Dicen cantando: ``En el nombre del cielo te pido posada''.

Cada noche rompen piñatas, comen buñuelos y tamales, y toman ponche a base de tejocote, caña de azúcar y guayaba; también se le puede poner alcohol. Esta es una celebración prenavideña, que se sigue en México y casi todos los países con herencia española.

Los barriletes de Santiago de Sacatepequez

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

La colina donde se encuentra el cementerio de Santiago de Sacatepequez, en Guatemala, presentaba este comienzo de mes, un ambiente de muchedumbre, fiesta y colorido.

No había lagrimas, ni tristezas, sino marimba, fiambre, cerveza y atuendos de hermoso colorido.

Santiago y Sumpango son los dos cementerios más populares y famosos, donde concurren los guatemaltecos todos los años a celebrar la Festividad del Día de los Muertos y de los Santos.

En nuestros días siguen los rituales de acudir al camposanto, en familia para pasar una jornada junto a los difuntos en su día. El pasado domingo, 1ro. de noviembre, también llevaron el acostumbrado platillo típico de fiambre, que contiene embutidos, mortadela, chorizo negro, jamones, pescado y quesos.

La tradición es comer el fiambre con la familia y compartirlo con otras gentes que van al cementerio, explica Aldo Pena, guía turístico del Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT).

Para celebrar el Día de Todos los Santos, el 2 de noviembre, el cementerio de Santiago de Sacatepequez, recibió una interminable romería de peregrinos, en la que predominaron los niños que llegaban emocionados a volar sus vistosos y gigantescos barriletes o cometas.

Lo mismo ocurrió en el cementerio de Sumpango, a 40 kilómetros de Ciudad de Guatemala, la capital del país, donde asistió más de un millon de personas, muchas de ellas turistas nacionales y otros venidos del exterior.

Los barriletes gigantes de Santiago Sacatepequez cautivaron las miradas de los visitantes.

Un barrilete gigante de 18 metros, otro de tres metros que representaba elementos como calaveras y grifos mayas y otro de 2.85 metros con la imagen del patrono del pueblo, fueron los más aplaudidos.

Edwin Feliciano Saschicote, un joven de 15 años de edad, tardó tres semanas con cuatro amigos para armarlo, con papel china pegado a unas cañas de guadua.

El cementerio se transforma en un vistoso esenario tomado por grupos de niños y adultos que participan en una competencia que pone a prueba la destreza con los barriletes.

Los turistas acuden al cementerio para disfrutar del espectáculo al aire libre y a degustar los platos típicos de Guatemala.

Se consigue no sólo buen café, deliciosa horchata y exquisitos frijoles parados con queso blanco, sino el especial asado chapín de lomito.

El mundo del turismo ha descubierto a Guatemala, que con su eslogan ``pais de la eterna primavera'', recibio 1.7 millones de turistas el ano 2008.

Con sus 108,889 kilómetros cuadrados de superficie, Guatemala llegó a ser ``corazón del mundo maya'' y cuna de una de las mayores civilizaciones del continente.

Su atractivo está respaldado por esa riqueza cultural viva a lo largo de su geografía y en ciudades como Antigua Guatemala, Chichicastenango y Panajachel.

Antigua Guatemala es una de las ciudades más fotogénicas de América y más visitadas por los turistas. Aun conserva muchas edificaciones como templos, conventos y monasterios construidos durante el período en que España la designó capital religiosa de Centroamérica y el área de Chiapas. Sus calles empedradas, las bugambilias y los edificios civiles y domésticos son hoy encantadores hoteles y casonas con patios centrales adornados de jardines y habitaciones con detalles únicos.

Guatemala, con 13 millones de habitantes, es un país para visitar si se buscan escenarios naturales, ríos y lagos como el Atitlán, para deportes de agua dulce, y costas de mar en ambos océanos.