sábado, 5 de julio de 2008

Colombia después de Tirofijo

Colombia después de Tirofijo
ENRIQUE CORDOBA
Yo nací a fines del año que asesinaron a Jorge Eliécer Gaitán, el gran caudillo liberal que con su verbo encendido y calado social arrastró multitudes y tenía asegurada la presidencia de Colombia.
Gaitán fue un abogado penalista especializado en Roma que se identificó con las angustias del pueblo y fustigó la desconsideración de la oligarquía.
A la una de la tarde del viernes 9 de abril de 1948, al salir de su oficina, cayó mortalmente herido de tres disparos.
El victimario también murió, linchado por la turba enardecida, así que nunca se supo quiénes fueron los autores intelectuales del crimen. Las hipótesis apuntan a intereses de la élite y el poder. A Gaitán le decían el Negro y era hijo de una maestra de escuela.
La tarde que murió debía recibir en su oficina al joven habanero Fidel Castro, que asistía a un congreso de las juventudes comunistas. En Bogotá además se celebraba la IX Conferencia Panamericana, que dio nacimiento a la Organización de Estados Americanos, OEA.
Los sectores populares reaccionaron a la muerte de su líder saqueando almacenes, incendiando tranvías, iglesias y edificios y destruyendo las ciudades. La gente lloró la muerte del líder que les interpretó su dolor. Los manifestantes se concentraron frente al palacio de gobierno y le exigían la renuncia al gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez.
El país vivió una gran asonada y se hicieron llamamientos partidistas por la radio. Algunos policías y militares se unieron a la revuelta y le proporcionaron armas a la gente. Hubo muchos muertos y el bogotazo marcó el comienzo de una etapa de violencia que aún no termina.
En la provincia colombiana las gentes seguían las ideas conservadoras y se informaban del curso de la política a través del diario El Siglo, que llegaba de Bogotá.
Mi profesor, Simón López, de la corriente liberal, estaba al día de cuanto ocurría en Colombia y el mundo por las páginas de El Espectador y El Tiempo. Los discursos de los jefes y los editoriales de los diarios eran la fuente doctrinaria y daban pautas de convivencia.
Los historiadores coinciden en decir que se desencadenó en el país una ola de represión y violencia política. Muchos campesinos liberales y de izquierda crearon milicias armadas o grupos de autodefensa para protegerse de las acciones de terratenientes conservadores, algunos elementos del ejército y simples bandidos.
El liberalismo se retiró del gobierno y, al no participar en las elecciones para Congreso ni presidencia en 1950 reclamando falta de garantías del régimen conservador, ganó el candidato de esa colectividad, Laureano Gómez. El Partido Liberal llamó a la resistencia civil y la población rural acogió el llamado, atendiendo las instrucciones del directorio político.
Es en ese momento cuando entra en escena el leñador de padres liberales Pedro Antonio Marín, que más tarde será buscado con dos alias: Manuel Marulanda y Tirofijo. El y su familia como muchos otros se sintieron perseguidos, se armaron y huyeron por las zonas montañosas. La guerra entre liberales y conservadores se extendió, llegó a extremos macabros y se cometieron atrocidades.
Tengo recuerdos de mi pueblo en la costa como en otros de Colombia: los liberales vivían en unos barrios y los conservadores se concentraban en otros, y se diferenciaban por el color rojo o azul de sus puertas. En algunos casos se retiraron el saludo y se impidieron casamientos por razones de partidos.
El 13 de junio de 1953 el general Gustavo Rojas Pinilla dio un golpe de estado (Darío Echandía, dirigente liberal, lo calificó de ''golpe de opinión'' porque tuvo el beneplácito de sectores conservadores) y decretó una amnistía para los guerrilleros que entregaran las armas y se sometieran a la ley. Varios grupos se acogieron, mas no así los del Partido Comunista colombiano, que desconfiaron de la amnistía y siguieron en rebeldía.
En 1958 liberales y conservadores crearon el Frente Nacional para alternarse el poder cada cuatro años y continúan la ofensiva contraguerrillera. Tirofijo siguió en insurrección y entró a formar parte de los grupos rebeldes que crearon las denominadas repúblicas independientes dentro del territorio colombiano, una de ellas la República de Marquetalia.
En 1964 alias Manuel Marulanda y sus seguidores fundan en el Sumapaz las llamadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, inspiradas en la revolución cubana, con la participación de dirigentes universitarios y el apoyo del comunismo internacional. Como comandante de las FARC, Tirofijo vivió diversas etapas, siendo la actual la de mayor debilidad y desarticulación.
Marulanda fue el guerrillero más antiguo del mundo hasta su muerte a los 76 años, en marzo del 2008. Su muerte produjo un alivio en un país azotado en los últimos sesenta años por periodos de mayor o menor agitación y violencia. Las FARC perdieron el respaldo que alguna vez tuvieron de sectores populares desde que empezaron a desviarse y cometer asesinatos, asaltos a la población civil, y por su vinculación con el narcotráfico, el secuestro y su negativa a negociar acuerdos de paz. Al fracasar los intentos del gobierno de Pastrana, los colombianos, agobiados por tantos años de violencia, entregaron sus restos al presidente Uribe para que alcance la paz.
Ojalá Uribe entienda que la paz no se logra acabando con las FARC solamente. También debe atacar la pobreza, la corrupción y los privilegios que supuestamente combatió Tirofijo.
ecordoba@caracolusa.comPeriodista de Radio Caracol.

Gran Cayman: Más que magníficas playas

Nuestra América
Gran Cayman: Más que magníficas playas
ENRIQUE CORDOBA
Especial/El Nuevo Herald
Si usted ha pensado en escaparse a una isla del Caribe con magníficas playas de arena blanca y aguas cristalinas color turquesa, donde pueda alternar esnórquel, excursión a una selva tropical, experiencias con rayas y tortugas, y no tenga que preocuparse por su seguridad y la de los niños, a sólo una hora y 10 minutos de viaje en avión desde Miami, ese lugar puede ser Gran
Cayman.
Se escuchan reggae y calipso, y forma parte de la cultura del ron de caña, los cigarros, carne de cordero y las leyendas de los piratas. Es ideal para caminatas, la pesca y para dedicarse a la lectura. Y si le gusta el buceo aquí se encuentra la famosa pared de arrecife de Bloody Bay Wall.
En una escala por estas costas en 1503, Colón la bautizó con el nombre de isla de la Tortuga y en el siglo XVIII llegaron los exploradores ingleses y pasó a depender de Jamaica.
En 1962, cuando Jamaica obtuvo su independencia, Gran Cayman, Cayman Brac y Little Cayman, pasaron a ser administradas como territorios de ultramar dependientes del Reino Unido.
Gran Cayman está ubicada a pocos kilómetros al sur de Cuba, entre Honduras y Jamaica y tiene una población de 45,000 habitantes, en su mayoría descendientes de africanos. Es un lugar donde trabaja gente de todos los lugares del mundo.
Sus nexos culturales con Inglaterra están presentes en el inglés, que es el idioma oficial, conducir por la izquierda y los honores a la Reina Isabel II como jefe de Estado y cabeza de la Mancomunidad Británica de Naciones.
Georgetown es la capital y sede del gobierno donde despachan el gobernador y el parlamento unicameral de 18 miembros.
Los beneficios fiscales son el atractivo para más de 40,000 corporaciones registradas, de las cuales hay 600 bancos que mueven $500,000 millones en activos.
Tiene un aeropuerto internacional que recibe vuelos de Europa, Estados Unidos y América Latina y una bahía que es el destino favorito de líneas de cruceros con turistas que aprovechan para darle un vistazo al puerto y a las tiendas libres de
impuestos.
Gran Cayman es reconocida por los deportes náuticos y por tener una de las playas más bellas del mundo. En esa ''Playa de Siete Millas'' esta localizado el Marriot Beach Resort, un lugar donde el huésped puede disfrutar de un verdadero paraíso tropical que combina lujo y servicios excepcionales.
El hotel posee 295 cómodas habitaciones con balcón privado y una gama de alternativas como spa, jacuzzi, laguna de tortugas en la terraza, bar y piscina junto al mar.
El restaurante Solana es una exquisita experiencia gastronómica a la orilla de la playa, allí se congregan los visitantes y enamorados para ver uno de los atardeceres más espectaculares del Caribe. Ideal para un café, un coctel o leer el diario es el Balboa's. El Marriot Beach Resort tiene el mayor toque de empleados latinos de la región, y es una muestra de la diversidad étnica presente en la isla. ''Aquí tenemos personal de 45 nacionalidades'', dijo su gerente Walter Regidor, oriundo de Buenos Aires (www.marriotgrandcayman.com, teléfono: 345-949 0088 ).
La estadía en Gran Cayman debe incluir un paseo en catamarán para bucear cerca de los arrecifes de coral y la visita a Stingray City, para compartir momentos en el agua y tomarse fotos acariciando rayas venenosas domesticadas.
Otro de los atractivos para los turistas es la abundancia de iguanas de todos los tamaños, y Turtle Farm, en West Bay, donde tienen diez mil unidades. Es el mayor criadero de tortugas verdes marinas del mundo.
Gran Cayman es la isla con el mayor nivel de vida del Caribe y tiene su moneda propia, la llaman dólar caymanero y se cotiza 20 por ciento más alto que el dólar de Estados Unidos.
A finales de octubre los caymaneros celebran el festival nacional de la semana pirata.
''El mejor sitio para disfrutar del desfile es Hog Sty Bay en George Town'', aconsejó Angel Méndez, un ingeniero hondureño radicado en la isla desde hace 20 años.
``Hay cabalgatas, concursos de disfraces, música, pasacalles, festivales de cocina y acontecimientos deportivos''.
El Batabano Carnival de Rotary nació en 1984 y es un evento de la comunidad para cerrar la temporada turística que se ha incrementado.
El auge del turismo ha generado un enorme desarrollo en los negocios de bienes raíces. Hay una gran inmigración de personal para la hotelería, la banca y los servicios, y obreros para la construcción. Los jamaiquinos, hondureños y filipinos, son los grupos más numerosos de la isla.