martes, 26 de febrero de 2013

República Dominicana es una isla de gente feliz

ENRIQUE CÓRDOBA.- ESPECIAL/EL NUEVO HERALD.- Si alguien duda que los dominicanos son gente feliz, debe conversar con pobladores de Puerto Plata, compartir un sancocho con nativos en un patio del Cibao o ir a las “merengadas” los lunes entre 7 y 12 de la noche, en un bar de Santo Domingo. La simpatía de los dominicanos y su espíritu abierto hacia el visitante son el sello de bienvenida. La isla ofrece 1,500 kilómetros de playas extraordinarias, riqueza cultural, campos de golf, exquisita gastronomía a base de pescados y mariscos y un nutrido calendario festivo. Con diez millones de habitantes, una extensión de 48,442 kms. cuadrados y sol y música todos los meses del año, el turista tiene garantizadas unas inolvidables vacaciones en este rincón de las Antillas. “Aqui son felices con lo que hacen y lo que tienen” dijo el periodista Oswaldo Muñoz, quien se prepara para lanzar la edición del semanario “El Venezolano”, en República Dominicana. La inmigración venezolana crece vertiginosamente hacia este lugar. “Nos parecemos mucho con los dominicanos”, aseguró Muñoz. “La isla está preparada para el turismo y para recibir inversiones”, expresó. Alquilar un auto y viajar es una de los placeres para disfrutar y conocer el paisaje del país. Salí de la capital y San Pedro de Macoris fue mi primer destino. Visité los ingenios, una cabaña de pescadores y una finca de cultivos agrícolas. Luego entré a un taller de mecánica y al salir quedé sorprendido, pues un grupo de muchachos de la calle se me abalanzaron y me rodearon sin que yo supiera qué ocurría. Mas tarde me enteré que me confundieron con un scout. “San Pedro es un lugar muy visitado por los cazatalentos de los equipos de grandes ligas del béisbol de Estados Unidos”, comentó Omar Malpica, ex pelotero venezolano. La Romana es otra ciudad en esa ruta que se ha convertido en un reconocido destino turístico por sus bellas playas y la red de hoteles y restaurantes. La segunda exploración fue desde Santo Domingo por la vía de La Vega con parada en Santiago de los Caballeros. “Mientras ustedes se toman la cerveza yo les preparo un sancocho” me dijo la señora en el patio de su casa. La espera estuvo acompañada de “perico ripiao” un ritmo folclórico tradicional de la región. Al caer la tarde estábamos en una cabaña de Sosúa, un balneario de Puerto Plata con una vista marina maravillosa. Puerto Plata fue epicentro, pero hoy a lo largo de sus vecindades se han desarrollado en 80 kilómetros de litoral, paraísos como Cabarete y Cofresí, que encantan por su vida junto al mar con adecuada infraestructura para deportes acuáticos. Para transportarse a los albores coloniales basta con caminar por la zona antigua de Santo Domingo. Allí encontramos la primera catedral, la primera calle, la primera universidad, el primer castillo español en América, la Fortaleza Ozama y el Alcazar de Colón, quien llegó a esta isla en 1492.• enviar por email Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2013/02/25/1413428/republica-dominicana-es-una-isla.html#storylink=cpy

domingo, 10 de febrero de 2013

Saint Kitts y Nevis, paraíso escondido del Caribe

ENRIQUE CÓRDOBA.-ESPECIAL/EL NUEVO HERALD.- Una de las mejores maneras para desconectarse de la rutina diaria es irse a Saint Kitts y Nevis, un archipíelago de mar azúl, playas blancas y montañas exuberantes, escondido entre Puerto Rico y Trinidad Tobago. Son 168 kilómetros cuadrados de extensión y un poco más de 53,000 habitantes. La mayoría de la población desciende de esclavos africanos que fueron traídos para las faenas agrícolas y el trabajo de la construcción. Sin embargo, por las bellezas naturales, el comercio y el ambiente romántico de la isla, una notable minoría de europeos y americanos se han radicado en este lugar. Al caer la tarde es tradicional encontrar a la gente congregandose en un bar, para degustar un buen ron, escuchar calypso, reggae y otros ritmos de tambores. Saint Kitts está ubicado a dos mil kilómetros de Miami y se puede llegar en avión o en una de las escalas de las líneas de cruceros. Su vegetación es abundante, tiene una cadena de serranías, aves maravillosas, volcanes y monos traídos por los piratas que merodeaban el Caribe y asaltaban los navíos que transportaban a Europa tesoros saqueados en la América. Un recorrido en jeep por la isla me permitió visitar pueblos de pescadores, ver cultivos de caña de azúcar, entrar a terrenos agrestes para pasear, conocer el proceso de fabricación y embotellado en las fábricas de cerveza y entrar a la Plantación Wingfield. Esta es una hacienda de mucha historia donde funciona en la actualidad el batik Caribelle. Mi gran proeza fue jugar en el Royal St. Kitts Golf Club, uno de los más espectaculares campos de golf del Caribe, al lado de su diseñador, Thomas McBroom, el famoso arquitecto de Toronto. Son 125 hectáreas de riego de césped y permite a los golfistas jugar dos hoyos completos sobre el Mar Caribe y tres hoyos completos sobre el Océano Atlántico. Royal St. Kitts cuenta con obstáculos de agua en 10 hoyos, bunkers 80 y una multitud de palmeras de coco a lo largo del Océano Atlántico. Los británicos convirtieron a San Kitts en su primera colonia en el siglo XVII y para defenderla del asedio de los franceses construyeron una fortaleza, con cañones, que les tomó 100 años, 1690-1790, con el trabajo de los esclavos. El fuerte declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se conoce como Brimstone Hill y se levanta sobre una colina de hermosas vistas, a la que se asciende por una carretera de curvas y donde se conduce por la derecha. Otro de los sitios de interés en la isla es la Tumba de Sir Thomas Warner, el primer gobernador británico de las Indias Occidentales y el primero en visitar St. Kitts en 1623. Una sugerencia a la hora de comer son los mariscos, el pescado y el guiso de cabra de agua, a base de pan, papaya verde y arroz relleno. En Saint Kitts, como en toda la cuenca del Caribe, la gente es sencilla, hospitalaria y alegre.• Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2013/02/09/1402308/saint-kitts-y-nevis-paraiso-escondido.html#storylink=cpy