lunes, 30 de marzo de 2009

Isla Margarita, un paraíso para playas y compras

Nuestra América
Isla Margarita, un paraíso para playas y compras
By ENRIQUE CORDOBA
Especial/El Nuevo Herald
Cuando un viajero llega a Isla Margarita se encuentra no sólo con el destino turístico favorito de los venezolanos, sino también con un verdadero paraíso en el Caribe.
Tiene costas maravillosas, grandes tiendas, mercados de pescadores, puntos de interés histórico y un auge de construcción de condominios en las laderas de los cerros.
La isla posee tal diversidad de playas, en sus 1,150 km. de extensión, que los margariteños dicen que tienen un balneario para cada día.
De Miami se viaja a Maiquetía, en La Guaira, aeropuerto que sirve a Caracas, donde se aborda un avión de una compañía de servicio doméstico en vuelo de 35 minutos hasta al aeropuerto de la isla en Porlamar.
Porlamar, no es la capital, pero da esa impresión, por su modernidad y por albergar gigantescos centros comerciales como el Sambil y Rattan. Por ser puerto libre en la isla se consiguen todas las mercancías, productos y licores importados.
La capital es La Asunción, situada en un valle; las otras ciudades importantes son: Pampatar, Santa Ana y Juan Griego. En este lugar desembarcó Simón Bolívar, en tiempos de la emancipación, y conserva las reliquias arquitectónicas del siglo XIX.
En Juan Griego también son famosas sus playas y la puesta del sol sobre su bahía.
El sistema vial de la isla es muy completo y permite recorrerla por buenas carreteras.
Se puede hacer turismo ecológico en el Parque Nacional Laguna La Restinga, considerado uno de los grandes humedales del mundo con 85 especies únicas, donde se preserva una fauna y flora nativas. Existen empresas de turismo local que ofrecen programas familiares para recorrer la laguna en bote y llegar hasta la playa rica en conchas de mar.
La base de la cocina son los mariscos y el pescado fresco --mero, coro coro, pargo, carite, lebranche--, que está a la orden del día debido a los grupos de pescadores que salen a sus faenas todos los días.
La empanada de cazón puede considerarse como uno de los platos típicos de la isla. Se prepara a base de masa de maíz rellena de guiso de cazón. El cazón es una deliciosa carne del tiburón pequeño que abunda en las costas de la región.
Las playas más frecuentadas por los temporadistas son El Agua, Parguito, El Tirano, Pueblo viejo y Punta Arenas, frecuentada por vendedores de ostras.
Isla Margarita tiene una gran oferta hotelera para todos los presupuestos, desde La Hesperia, donde se alojaron los reyes de España, hasta hoteles con todo incluido y cabañas rústicas.
Haciendo un recorrido por la periferia de la isla se observan ensenadas con botes que dan un paisaje pintoresco a los pueblos.
Los margariteños se caracterizan por su temperamento alegre, son jocosos y acogen de buena forma a quien llega.
Uno de los grandes encantos de isla de Margarita es su sistema orográfico, ya que posee montañas con poblados que disfrutan de clima fresco.
Visitar el Santuario de la Virgen del Valle se ha convertido en una estación obligada para los venezolanos devotos y para los turistas que aprovechan para entrar, a unos pasos de la iglesia, a la casa museo donde vivió el general Santiago Marino, héroe de la isla.
Este es un lugar que cuenta con casinos, parques de diversiones para los niños y muchas tiendas internacionales con artículos de marca.
Semana Santa, las vacaciones de julio y diciembre son las temporadas con mayor afluencia turística de esta isla conocida con el nombre de ``Perla del Caribe''.•

viernes, 27 de marzo de 2009

Todos vienen a Miami

Todos vienen a Miami
By ENRIQUE CORDOBA
Hace unos años pasó por Miami rumbo a Orlando un amigo procedente de un país de América Latina con su esposa y sus dos hijos.
El es uno de los miembros de ese gigantesco club que Estados Unidos tiene esparcidos por el mundo a quienes une la costumbre de ahorrar una porción de lo producido por su trabajo y los negocios, con el propósito de venir y gastarlos en los parques de Disney, en hoteles, restaurantes y tiendas.
Son las vacaciones que programan casi todos los años empresarios, empleados o comerciantes que gozan con su familia las maravillas del país.
Con el pretexto de los hijos, ellas enriquecen el colorido del clóset y ellos se vuelven niños con la electrónica y aprovechan para hacer sondeos comerciales.
--Jamás lavaré platos en este país --dijo el amigo, en su segundo viaje, al visitar a un coterráneo y colega y percatarse de lo duro que del trabajo del inmigrante.
El abogado, que es la profesión de este amigo, pertenecía al nivel medio del gobierno de su país.
Esta semana tuve la sorpresa: mi amigo cambió de parecer y decidió radicarse en Estados Unidos. Y claro, Miami tiene el imán para quien aterriza desde el sur a suelo americano.
Me dijo que se vino frustrado de la politiquería y cansado de la corrupción.
--Esperé por años mi ascenso como jefe de la oficina que yo manejaba con gran experiencia, pero siempre llegó el nombramiento de un recomendado del congresista o de la presidencia. ''Debes hacer ese trabajo, que el nuevo funcionario no es competente'', exigía el superior. ''Jefe, eso que usted me pide que haga es un delito, no lo puedo firmar porque es ilegal'', tuve que replicarle una y otra vez. De manera que que cansé --dijo desanimado el amigo, con su cigarrillo y el café--. De complacerlo, era yo quien terminaba en la cárcel. Así que preferí tragarme mi orgullo y dejarlo todo por los hijos.
Según sus argumentos, con los ingresos de la pareja, y ambos son profesionales, es imposible cubrir los costos de educación, vivienda, salud y alimentación.
--Qué futuro van a encontrar mis hijos en ese país de privilegios y corrupción.
El caso de esta pareja de abogados se repite de país en país sobre el mapa de la realidad latinoamericana.
Cada vez que se produce una situación como la que denuncia el abogado Guillermo Vitela sale mal herida la libertad y la democracia de nuestros pueblos. La frustración y la injusticia hace que la gente se sienta impotente, y se inclinen por caminos equivocados. El pueblo ve que los gobernantes, los legisladores y sus amigos, se adueñan de los recursos del país dando la espalda a la gente, secuestrándoles el futuro.
Frente a esos desengaños las masas votan por los caudillos, que pescan en río revuelto y llevan a los ilusos al suicidio de la democracia.
¿Dónde está la causa? ¿Cómo resolver este despilfarro de progreso y bienestar? No podemos esperar que vengan extraños a resolver los problemas de América Latina.
Todos somos responsables de nuestra enfermedad: desde los pueblos que venden su voto y se convierten en cómplices de los traficantes electorales, hasta los políticos que se acostumbraron a comprar sus curules para enriquecerse.
La democracia quedó herida desde que los politiqueros se adueñaron de los impuestos y con el presupuesto y la nómina de las naciones, manipulan a su antojo.
Los pueblos de América Latina saldrán de este atolladero cuando haya una conciencia colectiva con voluntad que ame a su tierra y asuma la decisión de ser decentes, serios y responsables.

lunes, 16 de marzo de 2009

Bolivia, un país para muchos viajes


Nuestra América
Bolivia, un país para muchos viajes
By ENRIQUE CORDOBA
Especial/El Nuevo Herald
Hay dos cosas que asombran al visitante que llega a este país, cuna de la cultura andina: la exagerada tonalidad del azul del cielo y la diversidad de los paisajes.
Un vistazo al territorio de Bolivia confirma su enorme riqueza.
La superficie de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y parte de Cochabamba, son llanuras de clima tropical. Un espacio igual a España, Alemania y Austria juntos, la zona de selva amazónica es mayor que Suiza y los Países Bajos. El territorio restante está ocupado por sierras y montañas. Tiene clima característico de altiplano, unos 12 grados centígrados de promedio. A esta categoría pertenecen los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí y parte de Cochabamba.
El Chaco pertenece a la cuarta región y se extiende sobre tierras de Santa Cruz, Sucre y Tarija.
Estos sectores son maravillosos destinos turísticos donde se conservan reliquias coloniales como las Misiones Jesuíticas de la Chiquitania y excursiones navegables por el río Amazonas y el Lago Titicaca.
En el Titicaca, el lago más grande de Sudamérica, floreció la cultura Tiwanaku, la más antigua de América. El lago y sus alrededores son atractivos para antropólogos y centro de interés para el turismo mundial. En su interior hay islas donde viven indígenas y reciben al turista con programas de folclor auténtico.
Aun cuando este fue mi tercer viaje a La Paz, donde opera la sede del gobierno, volví a seguir los mismos consejos de antes. Guardar reposo en el hotel, toda la tarde y la noche, y tomar té de coca para evitar el ''soroche'' que es un dolor de cabeza por la falta de oxígeno.
El aeropuerto que sirve a La Paz, está ubicado a 15 kilómetros en El Alto --4,000 metros sobre el nivel del mar--, una población con cerca de un millón de indígenas que hablan el quechua y aymara.
Muchos de ellos subsisten del comercio de artesanías y mantas de lana de vicuña que venden en improvisados mercados callejeros.
El guardián de la ciudad es el imponente nevado Illimani, cuya altura alcanza 6,403 metros.
''La Paz es la ciudad más sui generis de América Latina'', dice el ex ministro Carlos Sánchez Bersaín y tiene razón. Es cosmopolita y un lugar a 3,700 metros de altitud, donde coinciden las tradiciones. Está enclavada en un valle rodeada de montañas. ''Está en un hoyo'', sostiene el abogado boliviano Sánchez Bersaín. ''Vives en la hoyada'', se le dice a un amigo de la capital.
Como la mayoría de las capitales latinoamericanas, La Paz crece con la nueva arquitectura moderna pero conservando su legado colonial visible en iglesias, plazas --como la Plaza Murillo-- y edificaciones oficiales.
En una avenida como la Mariscal Santa Cruz es normal ver un grupo de cholos con sus atuendos típicos en una esquina, o jóvenes ejecutivos de traje y corbata educados en Estados Unidos.
En la Calle de las Brujas, al sur de la iglesia de San Francisco, los turistas curiosos descubren tiendas con numerosos objetos de uso en los rituales religiosos aymaras. Los creyentes acuden a comprar pócimas, ratones y sapos disecados para ''que les vaya bien en el matrimonio'' o para atraer la buena suerte en los negocios.
El cholo paceño es el mestizo de tez oscura, que conforma el gremio capitalino adinerado dedicado al comercio. Manejan el mercado de Uyustus, donde se ofrecen mercancías importadas de Japón, China y Estados Unidos.
Durante la fiesta de Jesús del Gran Poder, la chola paceña desfila por la ciudad y baila mostrando hermosos y costosos trajes cuyo valor puede ser de hasta $3,000.
A 10 kilómetros del centro de La Paz, en la zona de Mallasa, encontramos el Valle de la Luna, llamado así por el panorama lunar que ha dejado la erosión causada en una montaña por el viento, la falta de agua y el paso de los siglos.
El guía lo decribe como un ``desierto de estalagmitas de arcilla en vez de roca, donde se puede escuchar el sonido del silencio''.
De la capital al Lago Titicaca hay 150 kilómetros, hasta Copabacana, un poblado costero donde se venera la imagen de la Virgen de Copacabana, tallada por Tito Yupanqui. Un viaje a Bolivia nos confirma su inmensa riqueza de paísaje y recursos naturales.•

domingo, 1 de marzo de 2009

Músicos y escritores visitan a Cartagena


Nuestra América
Músicos y escritores visitan a Cartagena
By ENRIQUE CORDOBA
Especial/El Nuevo Herald
Cartagena es una ciudad que cautiva al visitante por el pasado y su presente, por sus historias de piratas y corsarios, calles románticas y claustros del siglos XVII.
Algunos músicos, escritores y viajeros de todo el mundo la visitan anualmente atraídos por la atmósfera, las leyendas, los olores y fantasmas que conserva de una época ligada al apogeo de España en América.
Su impresionante poderío militar está a la vista en obras de ingeniería como el Castillo de San Felipe de Barajas, 17 kilómetros de murallas y una serie de fortificaciones en Bocagrande, Manzanillo, la isla de Tierra Bomba y la Batería del Fuerte de San José.
En la actual Plaza de los Coches funcionó en el siglo XVII el principal mercado de compra y venta de negros esclavos mandingas, caravalíes y mondongos, cuya cultura circula en la sangre, el ritmo, la cocina y el alma nacional.
Los palacetes construidos para ser las mansiones donde residieron virreyes y marqueses de la corona española, hoy son despachos del gobierno, oficinas de empresarios, universidades, viviendas particulares y hoteles.
El célebre narrador británico nacido en Mumbay Salman Rushdie, quien participó la primera semana de febrero del 2009, en la Tercera edición del Hay Festival de Literatura celebrado en esta ciudad, dijo haber conocido Cartagena ``por la atmósfera misteriosa y encantadora de las novelas de Gabriel García Márquez, especialmente El otoño del patriarca''.
Rushdi dedicó una mañana a recorrer plazas y claustros cargados de historia.
Charles Wadsworth, pianista estadounidense de Charleston, director del Festival Internacional de Música Clásica de Cartagena viene todos los años en enero a esta ciudad. Participan solistas, compositores y orquestas de siete países. Los conciertos tienen lugar en teatros, capillas de los conventos, plazas y barrios.
Los visitantes se adaptan rápidamente al ambiente cartagenero donde el trópico se hace sentir al medio día con un sol reverberante y temperaturas de 38 grados centígrados. A esa hora la población se esconde bajo la sombra, y otros caen en una siesta sudorosa. En la tarde llega el fresco y la brisa y las calles se llenan de caminantes, algarabía y coches tirados por caballos.
Otro escritor, el chileno Luis Sepúlveda, radicado en Gijón, comentó de su visita a la ciudad hace más de 20 años. Manifestó su admiración por el remozamiento que han sufrido las fachadas de varios edificios, pero ``extraño las familias conversando en las mecedoras, en la puerta de sus casas en la noche''.
''Me agradó ver a los viejos cartageneros fumando sus habanos en las esquinas'', dijo a El Nuevo Herald el autor de Un viejo que leía novelas de amor.
Cartagena es un emporio musical donde nació la cumbia, se interpreta el vallenato y el son cubano juega de local.
En los barrios de estratos populares como Olaya, Torices, El Bosque, El Pozón, Los Calamares, Zaragocilla y Alcibia, los bailes de fin de semana se amenizan con los famosos ''picó''. Equipos de sonido de gran potencia y de diseño artesanal, donde la música cubana suena junto a otros ritmos antillanos y de Colombia.
''Desde el primer momento que llegué sentí que soy parte de Cartagena, ésta es mi gente'', dijo Mayra Santos Febres, escritora de Puerto Rico.
``El Caribe es un continuo y eso lo arma la música, la comida, es el mismo lenguaje que se habla en República Dominicana, Cuba, Puerto Rico''.
El Hotel Las Américas Resort y Centro de Convenciones es la nueva atracción para vacaciones o viajes de negocios. Este complejo turístico está ubicado en la zona norte de Cartagena en medio de exuberante naturaleza, playas tranquilas y muy cerca del centro histórico de la ciudad. ''En marzo se abrirá el consulado de Estados Unidos en Cartegena y esperamos recibir esa gran afluencia del turismo norteamericano'', dijo Juan Carlos Araújo, gerente del hotel.
Del Hotel Las Américas se camina hasta La Boquilla, un pueblo de pescadores de vida sencilla y alegre, cerca del cual se abre paso un moderno polo de desarrollo con apartamentos de lujo.•