jueves, 10 de diciembre de 2009

Fin de año en México y sus alrededores

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

Las fiestas de fin de año están entre las mejores ocasiones que se presentan para viajar a América Latina para los residentes del sur de la Florida.

Miles se desplazan con el fin de visitar a sus familiares o amistades, en Navidad y Año Nuevo. Otros aprovechan esta temporada de vacaciones porque es propicia para disfrutar de una átmosfera de jolgorio y encuentros.

Por su localización geográfica, Miami es una de las ciudades privilegiadas para hacer recorridos directos hacia cualquier país de la región.

No ocurre lo mismo para quien está en Ciudad de Guatemala, Santo Domingo o Lima y desea llegar en vuelo sin escalas, o sin muchas demoras en aeropuertos, a Quito, La Paz o Río de Janeiro.

A pesar de que quienes adquirieron sus pasajes con anterioridad obtuvieron mejores tarifas, todavía se pueden conseguir asientos para decisiones de última hora a diversos destinos.

Mientras el Hemisferio Norte ofrece bajas temperaturas y nieve para los amantes del frío, desde el sur del Río Grande hasta la Patagonia, abarcando toda la geografía del Caribe, hay sol, playas, excelente gastronomía, calor humano y fiestas hasta el amanecer.

México es uno de los destinos más próximos de Miami. Dependiendo del gusto y preferencias del viajero se puede planear una visita al Distrito Federal únicamente o pasear por sus alrededores: Puebla, Tasco, Valle de Bravo, Teotihuacán y Cuernavaca.

En el Distrito Federal, o sea la ciudad capital, el turista encontrará más de 120 museos. Van desde historia, antropología, arte moderno a arte popular e incluso un museo interactivo de economía.

Hay tres lugares que debe visitar todo turista que llegue a la capital mexicana.

En primer lugar el Zócalo, que es el centro histórico y plaza mayor. Es enorme e imponente, rodeado de edificios coloniales maravillosos entre los cuales se destaca el palacio nacional y la misma catedral metropolitana.

Luego tenemos la parte de San Angel, que tiene un ambiente pueblerino a pesar de estar dentro de la gran metrópolis de 24 millones de habitantes.

Los sábados, artesanos, pintores, libreros y pequeños comerciantes instalan allí el bazar con obras de arte popular muy pintoresco.

En tercer lugar, Xochimilco es algo clásico y original, al sur de la ciudad. Consiste en un espacio de canales de agua que se utilizaban para el transporte en la época de los aztecas.

Ahora los pobladores de la zona lo usan para dar paseos en barcas cubiertas de flores.

Cuernavaca es una buena opción para quienes quieran salir de la capital y viajar una hora y media por una amplia carretera.

La llaman la Ciudad de la Eterna Primavera por su clima agradable.

Tiene muchas flores; entre ellas, unas vistosas buganvillas. Aquí hay una gran población de retirados, y ha venido a vivir mucha gente que prefirió cambiar el vértigo y el bullicio de la capital por la frescura de una ciudad de 400,000 habitantes. En materia de lugares para conocer en Cuernavaca se conserva el palacio donde vivió el conquistador español Hernan Cortés. El jardin Borda y la casa de descanso de Maximiliano de Habsburgo.

Junto a Valle de Bravo vale la pena visitar Rodavento, ya que es otro pueblito que merece el viaje en carretera para descubrirlo. Sus calles son empedradas, está enclavado en una montaña y a orillas de un lago espectacular, lo que le da una ambientación de paisaje alpino.

De especial tradición son las posadas, del 16 al 24 de diciembre. ``Son el recuerdo del camino que tuvieron María y José para tener al niño en Belén'', dice Teresa Villareal, directora en Miami de la Oficina de Turismo de México (www.visitmexico.com; 786-621-2909).

Dicen cantando: ``En el nombre del cielo te pido posada''.

Cada noche rompen piñatas, comen buñuelos y tamales, y toman ponche a base de tejocote, caña de azúcar y guayaba; también se le puede poner alcohol. Esta es una celebración prenavideña, que se sigue en México y casi todos los países con herencia española.

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