lunes, 4 de agosto de 2014

Manzanillo, cerca de Cartagena para relax y mar

ENRIQUE CÓRDOBA.- ESPECIAL/EL NUEVO HERALD.- Cartagena de Indias encantó al periodista Carlos Alberto Montaner cuando la conoció el año pasado, porque su arquitectura y su gente lo transportaron a La Habana, ciudad que él no ha vuelto a ver desde que salió de Cuba hace medio siglo. A otros les llama la atención encontrarse con un destino a la orilla del mar, con sus callecitas empedradas, casonas de balcones, historias de piratas y murallas del siglo XVIII que evocan su pasado colonial. Cartagena también es el lugar para quienes sueñan con verse frente a un plato con un pescado frito y patacones (tostones), una langosta, una cazuela de mariscos o un sancocho de pescado acompañado de arroz con coco. Si usted es de los que disfruta un buen cebiche de ostras, o coctel de camarón o de langostino preparado con cebolla picada y otros ingredientes que le dan sabor, tiene dos opciones. La Ostrería Sincelejo, un negocio familiar de muchos años, al pie del edificio de la Caja Agraria, a una cuadra de la Torre del Reloj; y si está en Bocagrande puede buscar un quiosco frente al Hotel Cartagena. Los dulces y manjares de sobremesa lo esperan en un costado de la Plaza de la Aduana. Para los amantes de la tranquilidad y la naturaleza existen opciones y una de ellas es Manzanillo del mar, ubicado a 15 minutos de Cartagena por la vía a Barranquilla. Es una ensenada de playa enmarcada por dos morros a cada lado, palmeras, manglares y el sonido del mar. En pocos años un pueblito de pescadores de 2,000 habitantes se transformó en alternativa turística con proyectos hoteleros y conjuntos residenciales de lujo con un campo de golf diseñado por Jack Nicklaus. Llegar allí es como pisar suelo en una reserva natural entre vientos, cocoteros y el ambiente marino. “Este es un refugio de paz y sosiego para relajarse”, asegura Mauricio Martinez, presidente de Karmairi Hotel Spa, un resort de 14 habitaciones, mezcla de matamba y techos de paja levantados por artesanos monterianos, que siguen el estilo de la isla de Bali. “Hemos hecho un restaurante, Azul, para comer bien, es un lugar para inspirar los sentidos”, dice. Al hablar de la buena mesa los nativos también ponderan la buena cocina de su pueblo. “Tenemos fama de preparar los mejores mariscos, pescados y arroz con coco”, dijo Manuel Castillo, camarero del hotel. A la hora del desayuno Cesar Mora, reconocido actor de la televisión colombiana saboreaba arepa de huevo, un exquisito manjar de la cocina típica cartagenera. Todo forma parte del empuje turístico y los emprendimientos que ha tenido Cartagena en los últimos años, un boom que ha disparado el mercado de las inversiones inmobiliarias y el valor de la propiedad. Decidimos expandirnos a 154 habitaciones con el mismo concepto de tranquilidad para parejas, expresó Maria Carolina Orozco, del Hotel Kalamari. Los atardeceres en Manzanillo también tienen colorido romántico.• enriquecordobaR@gmail.com Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2014/07/12/1796276/manzanillo-cerca-de-cartagena.html#storylink=cpy

1 comentario:

Bachiller_Plutarco dijo...

Siempre que lees sobre Cartagena de Indias, te dan ganas de volver; al leer este parrafo evocador de la brisa marina, las callecitas...ya quieres volver...y escuchar la gaita 'Arroz con coco'.