martes, 8 de noviembre de 2011

BILBAO Y LOS VASCOS

EL GUGGENHEIM CAMBIO LA VIDA DE BILBAO ENRIQUE CORDOBA Me bastó un viaje de una semana a Bilbao, la histórica villa medieval de pescadores, mineros y astilleros para darme cuenta que ese enclave se ha transformado en un ciudad turística y en la más viva expresión de la cultural mundial. Olvídense de aquel Bilbao “gris y triste; apagado y sin ambiente” como la recuerda Jaime Angulo, arquitecto manchego, fundador del Festival de Cine Latino de Miami. Hoy es otra cosa, una ciudad encantadora y alegre donde la gente goza de estar allí. En buena parte este logro se debe al Museo Guggenheim que abrió sus puertas hace una década y a pasado a ser una de las maravillas artísticas del mundo moderno. El prestigioso arquitecto estadounidense Phillip Johnson dijo que era “el edificio más grande de nuestros tiempos”. Pues bien, ahora los bilbaínos emprendieron una nueva cruzada en su búsqueda de conquistas. Quieren convertirse en puerto de embarque y desembarque de cruceros de Europa y América, donde los turistas no solo bajen, den una vuelta y retornen al barco el mismo día, sino que pernocten dos o tres noches. Bilbao como destino turístico ofrece una amplia y rica gama de entretenimiento y opciones gastronómicas para el turista por más exigente que sea. La agenda empieza así: el Museo Guggenheim, visto como un referente de la arquitectura de vanguardia del siglo XX, con exposiciones permanentes de arte. Es una escala que se complementa con la visita –una hora y media por autopista- a la hermosa bahía de San Sebastián, pequeño paraíso entre mar y montaña, y ciudad del mundo con más estrellas Michelín por metro cuadrado. Allí la reconocida guía gastronómica, Gabriella Ranelli, siempre esta dispuesta a ir al mercado de La Bretxa para comprar los ingredientes y dar clases en su Gabriellas’s Kitchen. El recorrido exige una copa y un brindis en las tierras de la Rioja Alavesa a dos horas de camino por paisajes ocres y verdes y pueblos como La Guardia. Sus 12.000 hectáreas de viñedos producen vinos bajo una denominación de origen catalogada como una de las mejores del mundo. Aquí el arquitecto canadiense Frank O. Gehry diseñó “La ciudad del vino” para la bodega Herederos del Marques de Riscal. El itinerario es formidable y da pautas para el buen comer que forma parte de la cultura vasca . “A raíz del Museo Guggenheim llegó un primer barco y ya han pasado 52 por el puerto y el número va creciendo con todas las compañías europeas y americanas”, declaró Gloria Frau, subdirectora de la Autoridad Portuaria de Bilbao. La estación marítima es nueva, fue inaugurada en el año 2010. Pasó de ser un puerto de escala al que venían los barcos en la mañana y se marchaban en la tarde a un destino importante con atractivos múltiples. MCSC, Cunard Line, Ibero Cruises, Norwegian Cruise Line y Pullmantour, son navieras que han incluido a Bilbao como puerto de embarque. “Ha sido un éxito de ventas” asegura Freud mientras recorre, con un grupo de periodistas que hemos viajado de Estados Unidos, las mejoras del edificio para recibir turistas internacionales. VISTAZO A LA CIUDAD Desde el Monte Artxanda, en Bilbao, se disfruta la panorámica de la ciudad con el casco viejo, sus monumentos históricos, majestuosas vías, parques ecológicos, edificios de ladrillos y tejas rojas, rodeada por montañas. Fue fundada hace 700 años con la categoría de Villa “Muy noble y muy leal e invicta”, concedida por los Reyes Católicos en 1475. Era un puerto en la ría del Nervión, que creció por la actividad marítima, el pastoreo de ganados y la agricultura. La explotación de las minas de hierro y el desarrollo de la industria siderúrgica marcó la economía regional a lo largo del siglo XIX y parte del XX. Estas etapas del pasado son evocaciones que enorgullecen a los bilbaínos quienes han sido testigos de la transformación que ha registrado su metrópoli. “Este puente ha jugado un papel definitivo en el desarrollo de Bilbao”, aseguró David Elexgaray, un profesor de lingüística de Busturia, que hoy se siente más a gusto como guía de turismo, enseñando y hablando las maravillas de su tierra. Transitábamos en el municipio de Getxo, hacia el Puente de Vizcaya -160 metros de longitud y 50 de alto-, considerado como el puente colgante para personas y carga, más antiguo del mundo. Concebido y construído por la empresa privada e inaugurado en 1893 une la dos márgenes del río Nervión: Portugalete y el barrio Las Arenas en Getxo. El MUSEO LO CAMBIO TODO A Bilbao siempre se le conoció como la patria de los marineros. Muy cerca en Getaria nació Juan Sebastian El Cano, el primer navegante en darle la vuelta al mundo por mar y quien quedó al mando de la expedición tras la muerte del capitán Fernando de Magallanes. Sin embargo, la personalidad de metrópoli culta y universitaria obtuvo una transformación que la catapultó mundialmente con el Museo Guggenheim inaugurado en 1997 por el Rey Juan Carlos I. Nadie pensó que este edificio de formas retorcidas en cristal, caliza y titanio surgiría como el ícono de Bilbao que atrae un millón de visitantes todos los años. “Yo fui uno de los que me opuse en 1991 cuando comenzaron las negociaciones del País Vasco y la Fundación Guggenheim, porque consideraba que era una inversión faraónica y una construcción innecesaria”, me confesó David Elexgaray. Sus ventajas se hacen visibles por el impacto económico que ha generado. Disparó el turismo regional y estimuló el uso del arte en plazas y parques de la ciudad. Se levanta como un buque a orillas de la ría de Bilbao junto al puente Príncipes de España, o puente La Salve, que asemeja un arco de color rojo. “Este edificio se erige como una especie de encuentro caótico de formas en el exterior” explicó Lucia García, guía del museo. “Ese aparente caos exterior está bien organizado en el interior”, agregó. “Se compone de tres plantas, en la primera están las salas que exponen artes plásticas y van a dar a un espacio común, es el llamado atrio del museo” dijo. “En las formas del paisaje interior hay poca pared recta, casi todo es en forma sinuosa, este edifico con estas formas tan singulares se pudo terminar en un tiempo tan exiguo del 93 al 97”, informó. TRADICION DE “BUENA MESA” Desde el momento en que anuncié que alistaba maletas para viajar al país vasco, me llovieron indicaciones como estas: “prepárate para comer bien”, “la cocina de allí es excelente”, etc. En efecto, en el país vasco o Euskadi, -una comunidad autónoma española, integrada por las provincias de Alava, Guipúzcua y Viscaya- el visitante se encuentra con la “buena mesa”, un culto y un rito diario. Por su ubicación geográfica privilegiada, el mar Cantábrico le proporciona pescados y mariscos frescos. Las verduras, hortalizas, cereales y carnes vienen de las praderas vecinas. “El secreto de la cocina es la calidad de los ingredientes” sostiene Elexgaray. Por esa razón la gastronomía del país vasco goza de elevado reconocimiento. Son fogones de tradición donde pescados como el bacalao, la merluza o el bonito son platos típicos por excelencia. En los bares y restaurantes se ofrecen los pintxos, -cocina en miniatura-, una versión vasca de las tapas del resto de España. La comida la elaboran con pasión, creatividad y placer. Es una ceremonia que representa un momento grandioso de la vida al que dedican tiempo de calidad. “Nuestro éxito se debe a que trabajamos en equipo y con gusto”, comentó el metre Jon Egustkiza. Nos atendió en “Azurmendi” bodega-restaurante de élite de comida creativa en Larrabetzu, cuyo chef Aneko Atxho ha ganado dos estrellas Michellín. Luego de degustar “Txakoli”, un apetitoso vino blanco de la región, este fue el menú del almuerzo, el día que les visitamos a fines de septiembre: Aperitivos: huevo “trufado” y cocinado a la inversa. Raviolis de rabo envueltos en pan y jugo meloso de su cocción. El producto: jamón ibérico con tosta de pan recien tostado y tomate. Entrantes: Chipirón de anzuelo, croquetas de tinta y toffee de cebolla morada de Zalla. De la tierra: La huerta. Ponchas de temporada, gel de ibéricos, patatas-ajo y flores. Pescado: El arrecife. Degustación de bacalao pil-pil. Postre: Frutas del bosque naturales, yogurt, helado y café con tres bolas de chocolate. Así la pasamos los vascos, me dijo David Elexgaray a la salida, con un deslumbrante paisaje de praderas y cumbres verdes, jardines de colores y bellas casas rurales . “Entre fogones, comidas y amigos y con un vaso de vino, claro!”. Y como en Viscaya todo se asocia con la comida alguien dijo entre bromas al comerlo: “Wow, que bacalado el de Bilbado”. Visiten el país vasco, les aseguro que vendrán con buenos recuerdos y se ganarán unos kilos de peso. enriquecordobaR@gmail.com

DIAS EN CAFETALES Y LA MALOKA DE BOGOTA

Días en cafetales y la maloka de Bogotá ENRIQUE CÓRDOBA ESPECIAL/EL NUEVO HERALD Despertar y ver los frondosos cafetales es algo que nunca olvido de mi viaje a Colombia, expresó Manny Lubian, presidente de una agencia dedicada al turismo mayorista de Miami. “Es hermoso ver esa gama de verdes y tener tan cerca las montañas”, comentó. “Sali de Cuba muy niño y esa vista me trajo recuerdos de mi tierra”. Como a Lubian, la región del Triángulo del Café atrae a miles de turistas por la posibilidad de olvidarse de la vida de ciudad y vivir unos días en el campo. Todos disfrutan la biodiversidad, conocer las costumbres del centro de Colombia y saborear los deliciosos platos de comida montañera como la bandeja paisa, los chorizos, el sancocho de gallina y probar un auténtico café con granos cultivados y procesados en la misma zona. El programa plantea hospedar a los visitantes en hoteles boutique, bellas casonas con facilidades cinco estrellas. Antes fueron las espaciosas y cómodas viviendas de las familias paisa -de Antioquia- propietarias de las fincas cafeteras que tenían por lo general, 12 y 18 hijos, de donde siempre salía una para el convento, uno al seminario y otro a buscar vida por el mundo. Una de las actividades consiste en salir a pasear de a caballo por los caminos o movilizarse en jeeps, para entrar a las tiendas y bares de los pueblos con el fin de compartir con las gentes. En esos recorridos ecológicos se pueden divisar los nevados, que son picos blancos de la cordillera de los Andes y atraviesan a Colombia en tres ramales. Algunos de ellos son el nevado del Ruiz con 5,300 metros sobre el nivel del mar, Santa Isabel 5,100, Tolima 5,215 y el Huila 5,350. Viajando por la autopista del norte hacia la Catedral de Sal de Zipaquirá, un municipio distante una hora de Bogotá, Francisco Godoy, guía titulado en Londres, me informó sobre las novedades del turismo colombiano. “Lo que más le está gustando al turista ahora es el Jardín Botánico de Bogotá”, sostiene Godoy. “Les interesa la simulación de alturas y la diversidad de plantas y orquídeas”. Los chilenos y peruanos también están llegando a la capital. “Vienen con niños y me piden que los lleve a Maloka”. Este es un parque temático dedicado a la ciencia y tecnología que se puede visitar en el barrio Ciudad Salitre. “Allí te explican conceptos de la tecnología, el espacio, la ciudad, física, matemáticas o biodiversidad en forma interactiva”, asegura el guía. Fue inaugurado el 6 de agosto de 1998 y fue el primero de su género en América Latina. Su nombre deriva de la maloca, lugar utilizado por muchas tribus indígenas y construida por el Chamán como sitio para adquirir la sabiduría del universo. Entre sus atracciones está el Cine Domo en el que se presentan películas educativas y recreativas que se convierten en experiencias fascinantes. La cocina peruana tambien está de moda en Bogotá. Los restaurantes de gastronomía inca más populares son: “Gastón y Astrid”, “Nazca”, “La Mar” y “Los 14 incas”, ubicados en Usaquén estos dos, un sector al norte de Bogotá donde se encuentran modernos centros comerciales, iglesias antiguas, calles de galerías, y ambiente de rumba. “Por último crearon la Cámara de Comercio y Turismo LGBT”, anunció Godoy. Se trata de la agremiación de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales que abrieron sus hoteles y el teatrón para recibir turismo gay en varias zonas. A Cartagena sigue llegando turismo internacional a diario. “Han venido canadienses a comprar casas, las arreglan y pasan allí las temporadas de invierno en el norte”, precisó Godoy. Viajar a Colombia se ha puesto de moda.• Read more: http://www.elnuevoherald.com/2011/11/07/1058389/dias-en-cafetales-y-la-maloka.html#ixzz1d80fNZ4t