domingo, 9 de septiembre de 2012
BELICE ES VERDE, CORALINO Y SIN RUIDOS
ENRIQUE CÓRDOBA.-
ESPECIAL/EL NUEVO HERALD.--
Para aprovechar un viaje a Belice hay que ir a los templos mayas, hacer un paseo por las islas y arrecifes coralinos más espectaculares del hemisferio y dejarse llevar por la tranquilidad y belleza de sus bosques tropicales.
Dos horas tardó el vuelo de Miami al aeropuerto Internacional “Philip SW Goldson”, de Belice City, la ciudad más grande, aunque la capital es Belmopan. Este es un país centroamericano sobre el Caribe, muy verde y sin ruidos. Da la impresión que la gente viviera sin prisa y que el país fuera un gran parque natural.
En Ka’ana, el resort donde nos alojamos, cerca de San Ignacio Cayo, se respira naturaleza viva.
A 40 kilómetros por una carretera secundaria se llega a “El Caracol”, un yacimiento arqueológico dentro de la civilización maya. “Conocido como Oxhuitza, fue sede del mayor de los estados de la región”, explicó el guía. “Su valor radica en su incomparable huella histórica con rasgos que se manifiestan sobre Tikal y Naranjo”.
Entre las ruinas se pueden visitar una acrópolis, templos ceremoniales, campos de pelota y observatorios astronómicos, de la época maya.
El inglés es el idioma oficial de Belice, por haber sido colonia británica. También se habla español y la lengua maya entre los descendientes de los aborígenes.
Al viajar por este pequeño país de 22,996 kilómetros cuadrados y 322,000 habitantes se recorren aldeas donde la gente vive contenta y trabaja en paz. No tienen lujos, ni centros comerciales y conviven con la naturaleza. Poseen los servicios básicos y los índices de delincuencia son mínimos. Las viviendas son de gran colorido con inmensos jardines.
“Tenemos una mezcla de más de 10 culturas diferentes, incluyendo garífuna, maya, criollos, mestizos, indios orientales, y menonitas alemanes”.
El caso de los garifunas es muy interesante ya que sus fiestas atraen a muchos turistas. Este grupo de caribes negros descienden de africanos nigerianos que viajaban en dos barcos de esclavos y naufragaron 1,635 en la isla de San Vicente. Su peregrinaje los llevó a Jamaica y la isla de Roatán, y hoy son más de 600,000 diseminados por las costas de Guatemala, Nicaragua, Honduras y Belice.
Los menonitas de Belice salieron de Manitoba, Canadá a Chihuahua, México, de donde emigraron a Belice en el año 1958. La colonia de Shipyard cultiva sus parcelas donde venden productos agrícolas.
Belice es ideal para gente amante de la aventura. Hay excursiones para observación de aves y paseos por cuevas, ríos y cascadas. Tiene islas de arena blanca y aguas color turquesa. El circulo azul es otro de los puntos de interés, se trata de un agujero de 300 metros de diámetro perfectamente delineado, a 100 kilómetros del litoral. El viaje en lancha a San Pedro, la “isla bonita” se realiza en una hora y 15 minutos. Cayo Caulker, a 45 minutos, es una isla reconocida por la existencia de hoteles, bares y restaurantes donde se come pescado y mariscos.
La comida principal es “rice and beans” dijo Jackeline Martínez, de la oficina de turismo. “Lo acompañamos con chile y ensalada”.•
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