miércoles, 2 de febrero de 2011

Viaje por la cocina autóctona de Colombia

ENRIQUE CORDOBA: Vivir o durar


BY ENRIQUE CORDOBA

El Dr. Virgilio Beato, una personalidad de la comunidad cubana --a quien uno no sabe si admirar más por su calidad como médico y su sentido común o por su jovialidad, memoria y su anecdotario--, celebró 94 años de edad la semana pasada con una copa de vino en la mano.
El abogado y ex ministro boliviano Carlos Sánchez Bersaín, que forma parte del ejército de exiliados de Miami --que no deja de crecer, para tristeza del Hemisferio-- invitó a un grupo de amigos latinoamericanos para reunirnos en su casa, a fin de compartir y brindar por la amistad y la salud del cumplimentado.
La reunión, que como casi todas las que se realizan en Miami, tuvo la maravillosa particularidad de contar con amigos de un amplio abanico de acentos, culturas y nacionalidades. Por lo cual es de suponer que los temas dominantes están asociados a lo que ocurre y acontece en nuestros pueblos.
Miami, y los lectores saben que Miami engloba la geografía del eje Miami-Fort Lauderdale-Boca Ratón (uno de los cuatro epicentros demográficos más importantes de Estados Unidos, con cerca de cinco millones de habitantes) es una gran réplica o suma de América Latina. Siempre abre los brazos y da la bienvenida a quienes llegan con fortunas y linaje o los que solo traen a cuestas ilusiones o decepciones.
Después del brindis y los comentarios respecto a su secreto para llegar a esa cantidad de años con buen semblante y lucidez, el doctor Beato explicó un pasaje que experimentó en su consulta:
--Usted quiere durar o vivir --preguntó el médico pensando en las dos posiciones filosóficas usuales de la vida.
La esencia del planteamiento que el Dr. Beato trajo a la conversación parte de la siguiente premisa: ``Tenemos el individuo que lo que pretende fundamentalmente es durar --dice el galeno--, se preocupa mucho y se sacrifica por no hacer aquellas cosas que le gustarían porque perjudican su salud y por tanto pueden acortarle la vida. Por ejemplo: hacer dieta y no comer lo que le gusta, para no aumentar de peso, el que no fuma, el que se abstiene del alcohol, y no lleva una vida disipada. Con ello vive más años posibles, y no hace lo que representa satisfacción humana'', afirma.
``El otro, el que prefiere vivir y no durar, cree que vivir es satisfacer las apetencias que el ser humano tiene por cosas que le perjudican'', indica. ``Como la dieta, ingerir alcohol y fumar a pesar de que le afectan, sacrifica la longevidad''.
``La canción My Way refreja esas posibilidades --agregó el médico--, porque Frank Sinatra dice en su interpretación que si volviera a vivir haría lo mismo: una vida disipada, pero hizo lo quería, sin importarle que la vida se le acortara por ello''.
¿Cuál es la tendencia según la gente que usted atiende?, pregunté.
``Casi 50/50 --respondió--. La mayor parte hoy día adopta una actitud intermedia, o sea, renuncian a ciertos gustos que les son perjudiciales; no a todos, sino a algunos de ellos a favor de longevidad y no hacer cosas nocivas para el ser humano''.
``Qué aconseja usted?''
``Son dos actitudes radicales ante la vida, pero existe una posición intermedia: la más sabia y probable, sin los radicalismos de los dos extremos''.
Para el Dr. Beato: ``En el camino de la vida es bueno tener como compañera la fantasía, pero la guía tiene que ser la razón''.
``Les aconsejo --sentenció dirigiéndose al embajador Armando Valladares, a Carlos Sánchez y al profesor Guillermo Lousteau, tres de sus pacientes allí presentes-- que vayan buscando médico porque a los 100 me retiro''.
uriosamente algunos de sus alumnos ya no ejercen.
``Usted recomienda no beber y lo veo con una copa de vino en la mano'', precisé.
``Sí, yo lo hago pero no recomiendo lo que hago'', contestó.
La velada terminó al llegar la medianoche. El Dr. Virgilio Beato se puso al volante de su automóvil, se despidió y se marchó encantado y acompañado de su esposa rumbo a la felicidad.

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